person:judith butler

  • "Hacia un pensamiento Islámico decolonial"

    En una mañana de julio en Madrid me encontraba disfrutando de una ponencia del profesor Enrique Dussel y en medio del receso tuve la oportunidad de encontrarme con Sirin Adlbi Sibai a quien había conocido anteriormente por su conferencia “Mas allá del feminismo islámico: hacia un pensamiento islámico decolonial”, la cual, despertó un gran interés en mi por leer y conocer más sobre su trabajo. En sus artículos “Colonialidad, feminismo e Islam” y “Hacia un pensamiento islámico decolonial” Sirin hace un análisis crítico de las bases que sostienen las mayores desigualdades y discriminaciones en el sistema-mundo en el que vivimos hoy y cómo dichas bases se han constituido y han afectado de manera radical a la humanidad; pero sobre todo, cómo el mundo moderno occidentalocéntrico ha afectado a la vida de lxshumanxs (y también la de lxs no humanxs) tanto dentro y fuera de los territorios colonizados. Por todo ello, le manifesté a Sirin mi deseo de entrevistarle para que nos explicase cuestiones que se encuentran en el debate público como lo es el feminismo islámico, la islamofobia y el hiyab de la mujer musulmana, además de que nos cuente un poco de su perspectiva sobre la situación de lxsdesplazadxs por la guerra en Siria y la penosa actitud de los gobiernos europeos ante esta situación.

    Aprovecho este espacio de la entrevista para celebrar y dar a conocer su nuevo libro “La cárcel del feminismo. Hacia un pensamiento Islámico decolonial” publicado en Akal en la colección Inter Pares [1]

    Podrías darnos una breve explicación de qué es el decolonialismo epistémico, para que nos cuentes ¿porqué partes desde estos fundamentos en tus estudios y cual es la importancia, en la actualidad, de promover un conocimiento decolonial? y ¿qué es la violencia epistémica y cómo se ejerce?

    Para comprender qué es la decolonialidad epistémica, tenemos que entender, reconocer y concienciarnos primero de la existencia y práctica estructural, sistémica y sistemática de la violencia colonial epistémica y epistemológica desde hace más de 500 años aproximadamente y hasta la actualidad. También, entender cuáles han sido sus dispositivos de funcionamiento y analizar, visibilizar y denunciar los epistemicidios y los extractivismos epistemológicos que ha generado y sigue haciéndolo.

    La colonialidad es el aparato de poder que se refiere a cómo las jerarquías globales (laborales, epistémicas, lingüísticas, espirituales, etno-raciales, sexuales, culturales, etc.) se imbrican entre sí y se articulan en torno al mercado capitalista global, a la idea de raza y al sistema de sexo-género y constituye el reverso de la modernidad occidentalocéntrica. No hay modernidad sin colonialidad.

    La modernidad occidentalocéntrica se funda y genera entorno a una matriz dualista-negacionista: YO-EL OTRO, dibujada sobre la línea de lo humano: SER-NO SER. Algo que ya dijo Fanon y desarrollan Grosfoguel y Boaventura, caracterizándolo éste último como el pensamiento abismal.

    En contra del mito occidentalocéntrico de una modernidad lineal y auto-instituida (Dussel) que sostiene que la modernidad empieza en una punta de Europa y acaba en la otra: Grecia y Roma hasta llegar a la Revolución Industrial y la Ilustración, la modernidad occidentalocéntrica comienza en 1492, que es cuando Europa se convierte por primera vez verdaderamente en “centro” del mundo con el control de las rutas de comercio internacional y tiene lugar el despliegue del sistema-mundo moderno/colonial.

    Lo que sucede entonces es que una experiencia local y concreta se violenta como imposición universal válida para todo tiempo y lugar y como medida de todo. Ahí podemos empezar a hablar ya del surgimiento del privilegio epistemológico y el epistemicidio. Cuando Europa destruye a las otras civilizaciones y se apropia de todas sus riquezas materiales, culturales, epistemológicas, filosóficas, etc., las interioriza e integra en su proyecto moderno-colonizador-civilizador y usurpa el lugar de un universalismo abstracto invisibilizando y deshumanizando el resto de la existencia y todos los ejercicios de violencia, genocidio, expropiación y apropiación que debe hacer para ubicarse ahí donde lo ha hecho.

    En segundo lugar, la designación de los saberes no occidentales como “tradicionales”, los ubicaba y los ubica hasta el día de hoy, como residuos de un pasado sin futuro, siendo éste propiedad exclusiva de Occidente y estableciéndose por lo tanto la imposibilidad fáctica de acceso por parte de cualquier otra forma cultural, civilizacional, social, política, lingüística o epistemológica, ni al presente, ni al futuro. Condenando, por lo tanto, a todos “los otros” al silencio y a la invisibilización a través de la imposición de un único camino de acceso a los mismos a través de los marcos modernos occidentales, lo cual supone un ejercicio perverso de múltiple anulación y auto-anulación que únicamente perpetúa un monólogo occidental y occidentalocéntrico infinito, que podemos identificar, no sólo como la colonialidad del saber, sino también como otra forma enredada con ella que es la de una colonialidad espacio-temporal.

    Todo esto dibuja, en cierto modo, algunos de los aspectos de lo que yo denomino en mi trabajo la cárcel epistemológico-existencial y espacio-temporal del sistema-mundo moderno/colonial que va a marcar al mundo quién puede hablar, cómo se puede hablar y desde dónde se puede hablar.

    Después de esta muy “breve” introducción es posible intuir cómo los principales conceptos que utilizan las ciencias sociales están impregnados de colonialidad y de violencia epistémica, lo que trunca mediante un macabro ejercicio todas las posibilidades de “pensar”, “hablar” o “ser” de los sujetos colonizados/racializados ubicándolos y re-ubicándolos indefinidamente en el NO SER…en una irracional racionalidad de violencia y aniquilación. De ahí la necesidad ineludible y la urgencia de la descolonización epistemológica, de revisar todos los términos, los conceptos, el uso que hacemos de-con ellos y su trasfondo y cuestionarnos nuestros puntos referenciales de partida, todas y cada una de las categorías que utilizamos. De otro modo, estaremos participando en la reproducción indefinida de la producción de saber y (des)conocimiento colonial con todas las consecuencias, materiales en última instancia, de subalternización y aniquilación de dos terceras partes de la Humanidad.

    Ahora con la oleada de migración de personas sirias, también de países africanos por culpa de los conflictos armados y en medio de la palpable exhibición del racismo de Europa desde su propio seno ¿Cuál es tu perspectiva de todo este panorama cómo mujer proveniente de Siria y como investigadora que ha trabajado la decolonialidad por varios años desde dentro y fuera de Europa?

    Lo que hoy estamos viviendo en Siria, que es la mayor catástrofe y genocidio de los últimos siglos, es consecuencia directa del colonialismo y la colonialidad, que ha mantenido en el poder en los países árabes a mafias corruptas que sirven a los intereses de las principales potencias. Occidente se ha aliado con Rusia (ese héroe de la izquierda marxista-leninista racista y colonial que no duda en apoyar el genocidio de todo el pueblo sirio en nombre de un anti-imperialismo trasnochado) para mantener en el poder al clan de los Asad y no permitir la democratización de Siria que tendría la consecuencia necesaria de la disposición y autodeterminación de los sirios sobre sus bienes y riquezas. Las personas que están muriendo en las fronteras de la Europa enferma, huían de la muerte de las bombas asadíes-ruso-iraníes-occidentales. No nos han dejado vivir en nuestros países con dignidad, libertad y justicia, han desplazado masivamente a la población para seguir implementando sus agendas de saqueo. Nadie querría ir a Europa y abandonar su hogar si puede seguir viviendo dignamente en él, sólo huyen de la muerte para volvérsela a encontrar de frente. Parece que nuestro único destino como infrahumanos es el camino de la muerte y de la aniquilación, en todas su formas. Pero como decía Cesaire, en esta política está inscrita la pérdida de Europa misma, que si no toma precauciones, perecerá por el vacío que creó alrededor de ella.

    Siguiendo con el tema del racismo y colonialidad pero enfocándonos más en el mundo árabe; se habla constantemente en los medios de comunicación sobre islamofobia como la discriminación a las personas que practican el Islam, nos podrías contar ¿qué es el Islam? y ¿cómo nace la islamofobia en occidente?

    Yo defino el Islam como una forma de ser, estar, saber, conocer, sentir y relacionarse en/con la existencia, con la realidad y la naturaleza. El Islam no es una “religión”, este es un concepto cristianocéntrico y occidentalocéntrico que ha sido empleado para la colonización del resto del mundo y de todas las formas plurales de existencia/conocimiento en el mundo. El Islam es una ética y praxis de la más absoluta liberación de todas las formas de esclavitud: el egoísmo, el materialismo, el exhibicionismo, las apariencias, el consumismo. Es un orden de valores y es, como diría AbdelmuminAya, una vuelta a la fitra, naturaleza original y es asumir la deuda que tenemos con la realidad, con la existencia y con todas sus cosas y sus criaturas. El Islam es compasión, humildad, generosidad. Es como dice el filósofo musulmán Taha Abderrahman, una epistemología del Ethos. El componente ético es estructural y transversal y dota de todo sentido y forma al Islam. Así mismo el Islam no es un conjunto de dogmas y doctrinas. En el Islam no hay ninguno de estos dos, sino que es sobre todo una experiencia. No se cree en el Islam, el Islam se experimenta, se vive y se siente y ésas formas, por la naturaleza misma de los seres humanos y de las sociedades, son plurales, multiformes y heterogéneas y es que el Islam es así. Los más de 1600 millones de musulmanes que hay en el mundo, no practican un solo Islam. Pertenecen a todo tipo de culturas y hablan todo tipo de idiomas y por consiguiente tienen también formas muy dispares de experimentar y comprender el Islam.

    La islamofobia es un aparato de poder colonial que hunde sus raíces en el despliegue del sistema-mundo moderno-colonial. Es un dispositivo que específicamente se ocupa de la subhumanización, epistemicidio y aniquilación del Islam y los musulmanes, mediante marcos discursivos y conceptuales que han ido transformándose en las diferentes coyunturas históricas y que en la actualidad se entreteje entorno a los discursos coloniales del desarrollo/el feminismo/el terrorismo/la democratización/la liberalización, etc. Desde aquí se ve ya que trabajo con una concepción alejada del clásico que sostiene muy limitadamente que es una forma de racismo entendido como “el odio al Islam y a los musulmanes”.

    Además la islamofobia, como dispositivo de poder colonial, es triplemente generizada: en el sentido de quién la genera: las instituciones del sistema-mundo moderno/colonial, cómo se genera (a través de qué): del objeto colonial “mujer musulmana con hiyab”; y sobre quién tiene mayor incidencia: las mujeres musulmanas. De este modo estoy planteando una comprensión de la islamofobia que difiere de la sostenida por YasmineZine que habla de un tipo específico de islamofobia que ella denomina como “islamofobia de género”. En mi concepción, la generización no se da en una tipología específica derivada de la islamofobia, sino que atraviesa, estructura, sistematiza y racionaliza todo el aparato de la islamofobia. Es decir, que no hay islamofobia sin género. Esta diferencia es crucial a la hora de concienciarnos, comprender y analizar la fundación-funcionamiento del dispositivo colonial islamófobo y por lo tanto, incide determinantemente en la transformación de los diseños de las resistencias/luchas contra la islamofobia/colonialidad.

    Situándonos en tu trabajo de investigación; sobre la mujer en concreto describes en tus artículos que “la mujer musulmana con hiyab es un argumento islamofóbico que favorece el discurso liberal occidental” ¿podrías explicarnos este argumento?

    Cuando en la respuesta anterior hablo de la triple generización de la islamofobia, me refiero a un tipo de producción de la misma basada en discursos, “la mujer musulmana con hiyab oprimida, subyugada, analfabeta, sumisa” no representa a ningún sujeto real, de hecho, “la mujer musulmana con hiyab” mismamente, así en singular y sin el resto de adjetivos, también es una categoría sumamente problemática. Entonces esa “mujer musulmana con hiyab” es lo que yo denomino un objeto colonial sexuado y feminizado, prototipo supremo de la mujer del Tercer Mundo de la que hablaba Mohanty, un objeto de intervención y clasificación, a través del cual se han colonizado y se sigue colonizando la civilización arabo-islámica: las sociedades y los individuos árabo-musulmanes, sus culturas, sus sociedades, su cosmovisión y todo lo que son. La producción de “la mujer musulmana con hiyab oprimida” se trata del pilar fundamental que va a estructurar todo el edificio islamófobo en sus diferentes vertientes y formas.

    En occidente se considera el hiyab como una institución simbólica del patriarcado árabe, sin embargo las feministas decoloniales lo niegan. ¿Porqué?

    Occidente que se ha autoerigido en portavoz de la humanidad, se ha adueñado de todos los términos y los conceptos, practicando sus violencias y sustracciones epistemológicas. Ha robado la voz de las y los colonizados y el derecho de éstos a desarrollar sus propias formas de ver y entender el mundo. En este contexto, el hiyab es relacionado por parte del colonizador occidental con opresión, sumisión, subyugación o cuanto menos, tradicionalismo, subdesarrollo y retraso, silenciándonos e invisibilizándonos por completo a las mujeres musulmanas que lo vestimos como ejercicio de nuestro pleno derecho a expresarnos del modo y la forma en el que nosotras queramos hacerlo. El colonizador occidental también pretende hacer de policía y salvaguarda de unos derechos y unas libertades que es quien en primera instancia priva al resto de la humanidad de ellos. Ejercemos nuestro pleno derecho a vestir como nosotras consideramos más adecuado, según nuestros valores y nuestra cosmovisión y nos vemos acosadas sistemáticamente por un sistema que pretende mediante la manipulación de los conceptos que demos explicaciones continuas sobre todo lo que hacemos y dejamos de hacer, cómo vestimos, cómo vivimos y casi cómo respiramos. Pero claro que esta práctica de regulación sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres no se limita sólo a las mujeres musulmanas, sino a las mujeres en todo el mundo, ya que el sistema es intrínsecamente patriarcal. Solo que las mujeres no occidentales, sufren violencias mucho más complejas, puesto que se hayan intersectadas por la más destructiva y brutal estructura de poder que es la de la colonialidad que Occidente practica contra ellas, reforzando de una manera sistemática los patriarcados y otras estructuras de poder locales que afectan a las vidas de las otras mujeres no occidentales.

    Los patriarcados locales que en las sociedades musulmanas se apropian igualmente del Verbo, de su interpretación y de su puesta en práctica, forzando a las mujeres musulmanas a vestir en ocasiones y en otras a dejar de vestir el hiyab, son reforzados por el patriarcado occidental sobre el Islam. En medio estamos nosotras, las mujeres musulmanas que luchamos por rescatar al Islam de manos de unos y otros para vivirlo en plenitud, lejos de imposiciones y violencias.

    El problema principal respecto a los significados secuestrados del hiyab es que tanto Occidente como algunos sectores patriarcales islámicos obsesionados ambos con los cuerpos de las mujeres y la regulación sobre ellos, han colonizado y limitado, reduciendo hasta el absurdo la ética global islámica extremadamente sofisticada respecto a los cuerpos de los hombres y las mujeres en general, pero más aún, el hiyab se está utilizando de modo que llegue a constituir un verdadero “velo” respecto al significado y el sentido global de todo el Islam, que es en primer lugar, como ya he dicho, una epistemología ética de liberación.

    Ante esto, hay una corriente mayoritaria de mujeres musulmanas (al contrario de la imagen que los medios promueven y promocionan) que deciden llevar el hiyab y lo hacen desde una plena conciencia de su práctica espiritual transgresora y liberadora, frente a todos aquellos que pretenden imponerles tanto sus visiones deformes de una modernidad colonial como sus interpretaciones tergiversadas del Islam.

    Debido a las diferentes formas de discriminación y violencia hacia la mujer árabe, ya no solo desde los prejuicios coloniales occidentales sino desde las propias estructuras patriarcales del mundo árabe, se ha generado una corriente teórica y activista que reivindica los derechos de la mujer, denominándose así misma como feminismo Islámico, ¿cómo se complementa el feminismo con el islam y cuáles son sus principales demandas?

    Bueno, primero habría que aclarar, que las feministas islámicas más destacadas, no son árabes. Aunque sí musulmanas de EEUU, Malasia, Indonesia, Irán o India, entre otros. También me gustaría subrayar (algo sobre lo que espero haber podido arrojar algo de luz en las respuestas anteriores) que no estamos hablando de simples “prejuicios coloniales” sino de estructuras de poder muy profundas institucionales e institucionalizadas.

    El término “feminismo islámico”, tal y como se ha empleado por parte de las académicas y los medios de comunicación encierra no poca confusión y se mezclan y confunden a menudo los feminismos árabes con los autodenominados feminismos islámicos o con cualquier movimiento femenino que surja en los países árabes y/o musulmanes. Lo cierto es que hay una gran diversidad de movimientos y discursos que son sumamente heterogéneos y que pueden ser incluso contradictorios.

    Si nos referimos a los feminismos islámicos como aquellos que primero se autodenominan a sí mismos como tal y que segundo basan su activismo feminista en el Corán, el hadiz (hechos y dichos del Profeta Muhammad, sAaws) y la sunna (biografía del Profeta) y que también presentan lecturas muy diversas según a quién estemos escuchando y según el contexto sociopolítico en el que se elabora dicho discurso, podemos sin embargo, afirmar que efectivamente guardan una base compartida: la de sostener la existencia en el Corán y por tanto en el Islam, de una matriz igualitaria desde la que partir para construir políticas y praxis de liberación de las mujeres musulmanas. Su trabajo, por lo tanto se centra en hacer una revisión de los textos que refuta cualquier discurso misógino, machista y patriarcal que pretenda justificarse en una base islámica, que en todo caso, solo podría hacerse desde la tergiversación de las interpretaciones de los textos islámicos y la historia de la vida y el ejemplo del Profeta Muhammad (sAaws).

    Dicho esto, personalmente no opto por expresarme como “feminista islámica”, como lo hacen otras compañeras mías a las que respeto y admiro. Yo sin embargo, lo hago como “pensadora musulmana decolonial”, y en mi libro La cárcel del feminismo… trato de sostener el por qué. En el mismo, desde la decolonialidad, problematizo los discursos sobre feminismo e Islam y muestro las diversas violencias epistémicas que se enredan en los modos muy particulares de construir estos discursos. Digamos que trato de llevar hasta la última de sus consecuencias la descolonización epistemológica, terminológica y conceptual. Una de mis hipótesis principales es que la producción de los discursos sobre feminismo e Islam, hoy en día, en términos generales e incluida la de los propios discursos de las mujeres musulmanas, aún no han podido trascender la normativa liberal y se hayan encerrados en la cárcel epistemológico-existencial y espacio-temporal. Necesitamos una revolución decolonial en el seno de los diferentes movimientos de mujeres musulmanas que parta de una consciencia plena del epistemicidio occidentalocéntrico, cristianocéntrico, capitalista, blanco, militar, sexista, patriarcal y sus consecuencias para nuestras vidas y por lo tanto, que repiense todos y cada uno de los términos que escogemos para llevar a cabo el ejercicio de la enunciación como sujetos existentes, conscientes y resilientes.

    Dentro de las distintas hermenéuticas que realizan las feministas islámicas al Corán ¿cómo se analiza la figura de Alá desde una perspectiva de género?

    En tu forma de plantear la cuestión hay algunos problemas de partida, en los que mismamente algunas de las compañeras feministas musulmanas han caído. Y esto es por herencia directa de la colonialidad cristianocéntrica. En primer lugar, desde la concepción islámica no podemos hablar de “figura” si nos referimos a Allah, así como tampoco tiene sentido en una lógica islámica aplicar la perspectiva de género (como han hecho algunos trabajos) al estudio de Allah. Ya que en el Islam, Allah no es la figura patriarcal del Dios que existe en la Cristiandad. Allah en el Islam no tiene género, ni número, ni tiempo, ni forma alguna concebible por las capacidades humanas. Allah no es un conjunto de dogmas y conocimientos previos en los que se tiene fe, como sucede con la figura de Dios en la Cristiandad. Allah en el Islam, no es lo que se entiende por Dios en Occidente y no puede traducirse por Dios (AbdelmuminAya). Las y los musulmanes no creemos en Dios, sino que experimentamos a Allah como la existencia misma, y entonces fluimos en esa existencia y en Allah. En su búsqueda a través de la praxis de una epistemología eminentemente Ética.

    Con todo esto, quiero llamar la atención sobre el peso de la colonialidad occidentalocéntrica y cristianocéntrica sobre el resto de epistemologías del mundo, hasta el punto de haber colonizado nuestra propia capacidad de comprendernos a nosotros mismos y a nuestros referentes, nuestra cultura, nuestras maneras (la de todas y todos los sujetos colonizados en su diversidad invisibilizada) de vivir, de ser y de existir.

    Desgraciadamente, las feministas musulmanas que han caído en la trampa de pretender aplicar la perspectiva de género al análisis de Allah no han estado tan alejadas de las formas patriarcales que se imponen en las sociedades árabo-musulmanas, debido, entre otras cosas, a que esas formas patriarcales fueron reforzadas por el patriarcado Occidental sobre el resto del mundo, y en ese ejercicio se envistieron de occidentalocentrismo y cristianocentrismo las formas de opresión patriarcal locales pre-existentes a la colonización. Aplicar por lo tanto, la perspectiva de género al análisis de Allah en vez de mostrar todas las implicaciones de una comprensión tal de Allah, acaba convirtiéndose en un doble ejercicio de subalternidad y colonización de la tradición islámica.

    “El especismo es una forma de discriminación, contra quienes no pertenecen a determinada especie.En la mayoría de sociedades humanas se considera completamente normal discriminar a los animales de otras especies. La manera en que esta discriminación ocurre y su gravedad difiere en cada lugar, y determinados animales son tratados peor en algunos lugares que en otros.” (animal-ethics.org) Algunas feministas occidentales señalan que la propia construcción de la masculinidad patriarcal esta basada en el especismo en la misma medida en que lo está en el sexismo. Dado que debemos oponernos a todas las formas de discriminación y desigualdades injustificadas, incluso cuando las afectadas no son humanas, independientemente del lugar que ocupemos en el sistema-mundo ¿consideras que dentro del feminismo islámico hay cabida para incorporar planteamientos antiespecistas?

    Dentro del Islam es perfectamente posible desarrollar teorizaciones similares. En la concepción occidental capitalista y patriarcal existe un problema original de planteamiento de “la otredad” y de las formas de relacionarse con todo lo que es construido como otredad. Dentro del Islam no existen los mismos problemas de planteamiento. Las y los musulmanes partimos del concepto del TAWHID: la unicidad y unificación de Allah. La unicidad de Allah significa que ya de entrada en nuestra epistemología no existe el dualismo negacionista (Yo-el Otro) de la tradición occidental. La unicidad de Allah es también la unicidad de la Creación de Allah, de la Existencia y en esa existencia todos los seres, humanos y no humanos, las plantas, los animales tienen en el Islam, derechos sobre nosotros. Para ponerte un ejemplo, se relatan en varios hadizes que una persona puede alcanzar el janna-Jardín eterno (mal traducido por paraíso) por haber tratado bien y haber sido compasivo con un animal y lo opuesto, por haberle maltratado.

    https://vientosur.info/spip.php?article11946

    #décolonialisme #décolonial #islam #Sirin_Adlbi_Sibai

    • La cárcel del feminismo

      Inspirándose principalmente en el pensamiento decolonial latinoamericano, en los llamados feminismos de la #Tercera_Ola y en el pensamiento islámico del filósofo marroquí #Taha_Abderrahman, esta obra plantea una crítica profunda a los fundamentos epistemológicos de los feminismos islámicos, a la vez que tantea la urgencia de un pensamiento islámico decolonial como la respuesta y quizás la única, pero no unificada, solución posible a la crisis del pensamiento islámico contemporáneo. Se trata de una invitación a comenzar un recorrido otro de verdadera introspección dialógica intracultural e intracivilizacional islámica cuya premisa básica parte paradójicamente de «la consciencia del No Ser» en el contexto del «imperio de la anulación del Otro» y que nos brinda posibilidades reales de liberación y de regeneración, así como de una reinserción anticapitalista, antisexista, antipatriarcal, antirracista, anticlasista y anticolonial en los presentes y futuros de los que, como sujetos colonizados, hemos sido expulsados.

      Desde una lectura decolonial renovada de la islamofobia como una de las estructuras de poder, control, gobierno y subalternización del Islam y los musulmanes en el sistema-mundo moderno/colonial, esta investigación muestra cómo los discursos feministas islámicos son una respuesta reactiva a la misma. En este sentido, pueden leerse desde lo que Judith Butler ha denominado «la paradoja de la subjetivización», y es que los discursos que resisten tales normas, son en sí mismos habilitados o creados, incluso, por esas mismas normas, lo cual supone una limitación constitutiva que, aunque no anule su capacidad de agencia social, sí los convierte en discursos reiterativos o rearticuladores inherentes al poder.

      https://www.akal.com/libro/la-carcel-del-feminismo_35238
      #féminisme #livre #féminisme_islamique #islamophobie #pouvoir #subjectivisation

  • Faire genres !
    http://www.radiopanik.org/emissions/les-promesses-de-l-aube/faire-genres--11

    Faire #genre ! glisse ses pieds dans les pantoufles des Promesses de l’Aube et vous propose une matinale antipatriarcale, queer et féministe.

    En ce 19 avril, Charlotte nous a parlé de #féminisme et de psychanalyse, en présentant le livre de Christiane Olivier « Les enfants de Jocaste ».

    Lisa a présenté un des courants du féminisme : le féminisme queer.

    Conseils lecture à ce sujet : Judith Butler « Défaire le genre », Teresa de Lauretis « Théories queers et culture populaire : de Foucault à Cronenberg », Gayle Rubin « Surveiller et jouir, anthropologie politique du sexe », Elsa Dorlin « Matrice de la race : généalogie sexuelle et coloniale de la nation française », Paul Preciado « Testo-junkie », Sam Bourcier « queer zones ».

    Sarah nous a parlé de Lacan et de ses théories sur le langage. L’extrait où (...)

    #féminisme,genre
    http://www.radiopanik.org/media/sounds/les-promesses-de-l-aube/faire-genres--11_06579__1.mp3

  • Les « mecs de gauche ». Réflexions sur nos amis dans l’ère #Me Too | Sylvie Tissot
    http://lmsi.net/Les-mecs-de-gauche

    #MeToo est comme une vague immense, qui ne cesse de se gonfler à partir des minuscules gouttes-d’eau-qui-font-déborder-le-vase, qui font qu’il n’est plus possible de se taire, que le spectacle d’hommes paradant dans leur coolitude, voire leur féminisme, à coup de rouge à lèvres comme D. Baupin, ou de ralliement bruyant et intéressé à la cause des femmes, est soudainement insupportable. Chacun ses moments. Source : Les mots sont importants

  • À propos des sémites et des antisémites, des sionistes et des antisionistes | Le Club de Mediapart
    Shlomo Sand

    https://blogs.mediapart.fr/shlomo-sand/blog/250219/propos-des-semites-et-des-antisemites-des-sionistes-et-des-antisioni

    La tentative du président français Emmanuel Macron et de son parti visant aujourd’hui à criminaliser l’antisionisme comme une forme de l’antisémitisme s’apparente à une manœuvre cynique et manipulatoire. Si l’antisionisme devenait une infraction pénale, je recommanderais à Emmanuel Macron de faire condamner, à titre rétroactif, le bundisteMarek Edelman, qui fut l’un des dirigeants du ghetto de Varsovie et totalement antisioniste. Il pourrait aussi convier au procès les communistes antisionistes qui, plutôt que d’émigrer en Palestine, ont choisi de lutter, les armes à la main, contre le nazisme, ce qui leur a valu de figurer sur « l’affiche rouge ».

    S’il entend faire preuve de cohérence dans la condamnation rétroactive de toutes les critiques du sionisme, Emmanuel Macron devra y joindre ma professeure Madeleine Rebérioux, qui présida la Ligue des Droits de l’Homme, mon autre professeur et ami : Pierre Vidal-Naquet, et aussi, bien évidemment : Éric Hobsbawm, Edouard Saïd, et bien d’autre éminentes figures, aujourd’hui décédées, mais dont les écrits font encore autorité.

    Si Emmanuel Macron souhaite s’en tenir à une loi réprimant les antisionistes encore en vie, la dite-future loi devra aussi s’appliquer aux juifs orthodoxes de Paris et de New-York qui récusent le sionisme, à Naomi Klein, Judith Butler, Noam Chomsky, et à bien d’autres humanistes universalistes, en France et en Europe, qui s’auto-identifient comme juifs tout en s’affirmant antisionistes.

    On trouvera, bien évidemment, nombre d’idiots à la fois antisionistes et judéophobes, de même qu’il ne manque pas de pro-sionistes imbéciles, judéophobes aussi, pour souhaiter que les juifs quittent la France et émigrent vers l’Etat d’Israel. Faudra-t-il les inclure également dans cette grande envolée judiciaire ? Prenez garde, Monsieur le Président, à ne pas vous laisser entraîner dans ce cycle infernal, au moment précis où la popularité décline !

  • À propos des sémites et des antisémites, des sionistes et des antisionistes | Le Club de Mediapart
    25 févr. 2019 Par Shlomo Sand
    https://blogs.mediapart.fr/shlomo-sand/blog/250219/propos-des-semites-et-des-antisemites-des-sionistes-et-des-antisioni

    (...) La tentative du président français Emmanuel Macron et de son parti visant aujourd’hui à criminaliser l’antisionisme comme une forme de l’antisémitisme s’apparente à une manœuvre cynique et manipulatoire. Si l’antisionisme devenait une infraction pénale, je recommanderais à Emmanuel Macron de faire condamner, à titre rétroactif, le bundiste Marek Edelman, qui fut l’un des dirigeants du ghetto de Varsovie et totalement antisioniste. Il pourrait aussi convier au procès les communistes antisionistes qui, plutôt que d’émigrer en Palestine, ont choisi de lutter, les armes à la main, contre le nazisme, ce qui leur a valu de figurer sur « l’affiche rouge » (...) .

    S’il entend faire preuve de cohérence dans la condamnation rétroactive de toutes les critiques du sionisme, Emmanuel Macron devra y joindre ma professeure Madeleine Rebérioux, qui présida la Ligue des Droits de l’Homme, mon autre professeur et ami : Pierre Vidal-Naquet, et aussi, bien évidemment : Éric Hobsbawm, Edouard Saïd, et bien d’autre éminentes figures, aujourd’hui décédées, mais dont les écrits font encore autorité.

    Si Emmanuel Macron souhaite s’en tenir à une loi réprimant les antisionistes encore en vie, la dite-future loi devra aussi s’appliquer aux juifs orthodoxes de Paris et de New-York qui récusent le sionisme, à Naomi Klein, Judith Butler, Noam Chomsky, et à bien d’autres humanistes universalistes, en France et en Europe, qui s’auto-identifient comme juifs tout en s’affirmant antisionistes.

    On trouvera, bien évidemment, nombre d’idiots à la fois antisionistes et judéophobes, de même qu’il ne manque pas de pro-sionistes imbéciles, judéophobes aussi, pour souhaiter que les juifs quittent la France et émigrent vers l’Etat d’Israel. Faudra-t-il les inclure également dans cette grande envolée judiciaire ? Prenez garde, Monsieur le Président, à ne pas vous laisser entraîner dans ce cycle infernal, au moment précis où la popularité décline ! (...)

  • When the Camera Was a Weapon of Imperialism. (And When It Still Is.)

    I first saw the photograph some years ago, online. Later, I tracked it down to its original source: “In Afric’s Forest and Jungle: Or Six Years Among the Yorubans,” a memoir published in 1899 by the Rev. R.H. Stone. It shows a crowd in what is now Nigeria, but what was then Yorubaland under British colonial influence. The caption below the photograph reads: “A king of Ejayboo. Governor of Lagos on right. For years the rulers of this fierce tribe made the profession of Christianity a capital crime.” This description is familiar in tone from anthropological literature of the period, though the photograph is hard to date precisely. “Ejayboo” is what we would nowadays spell as “Ijebu,” a subgroup of Yoruba. That catches my attention: I am Yoruba and also Ijebu. This picture is a time capsule from a world to which I am connected but had not seen before, a world by colonial encounter.

    By the middle of the 19th century, through treaties and threats of force, the British had wrested control of the coastal city Lagos from its king. They then turned their efforts to improving access to the goods and services in the Yoruba hinterland. The Yoruba were already by that time a populous and diverse ethnic group, full of rivalrous kingdoms large and small, some friendly to the British, others less so.

    Stone, a Virginian sent by the Southern Baptist Convention, lived among them — lived among us — for two spells, in 1859-63 and 1867-69, before, during and after the American Civil War. He had this to say about Yoruba people: “They are reasonable, brave and patriotic, and are capable of a very high degree of intellectual culture.” It is praise, but must be understood in the context of a statement he makes earlier in his book about living “among the barbarous people” of that part of the world. In any case, the Ijebu in the mid-19th century were largely wealthy traders and farmers who did not want to give the British right of way to the interior of the country; only through diplomacy, subterfuge and violence were they finally overcome.

    This photograph was made in the aftermath. The white governor of Lagos — based on the plausible dates, it is probably John Hawley Glover — sits under an enormous umbrella. On one side of him is another high-ranking colonial officer. On the other side is the Ijebu king, or oba, probably the Awujale of the Ijebu kingdom, Oba Ademuyewo Fidipote.

    The oba wears a beaded crown, but the beads have been parted and his face is visible. This is unusual, for the oba is like a god and must be concealed when in public. The beads over his face, with their interplay of light and shadow, are meant to give him a divine aspect. Why is his face visible in this photograph? Some contravention of customary practice has taken place. The dozens of men seated on the ground in front of him are visibly alarmed. Many have turned their bodies away from the oba, and several are positioned toward the camera, not in order to look at the camera but in order to avoid looking at the exposed radiance of their king.

    The invention of the daguerreotype was announced in 1839. By the 1840s, photography had spread like wildfire and become a vital aspect of European colonialism. It played a role in administrative, missionary, scientific and commercial activities. As the Zimbabwean novelist Yvonne Vera put it: “The camera has often been a dire instrument. In Africa, as in most parts of the dispossessed, the camera arrives as part of the colonial paraphernalia, together with the gun and the bible. ...”

    Photography in colonialized societies was not only a dire instrument. Subject peoples often adopted photography for their own uses. There were, for instance, a number of studios in Lagos by the 1880s, where elites could go to pose for portraits. But such positive side effects aside, photography during colonial rule imaged the world in order to study, profit from and own it. The colonial gaze might describe as barbarous both the oba’s beaded crown and his regal right to conceal himself. This was one of the repeated interactions between imperial powers and the populations that they sought to control: The dominant power decided that everything had to be seen and cataloged, a task for which photography was perfectly suited. Under the giant umbrella of colonialism, nothing would be allowed to remain hidden from the imperial authorities.

    Imperialism and colonial photographic practices both flourished in the 19th century, and both extended themselves, with cosmetic adaptations, into the 20th. In 1960, during the horrific French war on Algeria, the French military assigned a young soldier, Marc Garanger, to photograph people in an internment camp in the Kabylia region of Northern Algeria. Thousands of people had been confined in the region under armed guard, and the French military commander had decreed that ID cards were mandatory. A picture of each prisoner was required. Many of the women were forced to remove their veils. These were women who did not wish to be seen, made to sit for photographs that were not for them. (Photography played a different military role in the numerous aerial reconnaissance missions by the French, which resulted in thousands of negatives mapping the region.)

    Garanger’s photographs both record an injustice and occasion it. His alternative, not an easy one, would have been to refuse the order and go to prison. His pictures show us what we ought not to see: Young and old women, their hair free flowing or plaited, one face after the other, in the hundreds. They collectively emanate refusal. The women of Kabylia look through the photographer, certainly not considering him an ally. Their gazes rise from the surface of the photograph, palpably furious.

    When we speak of “shooting” with a camera, we are acknowledging the kinship of photography and violence. The anthropological photographs made in the 19th century under the aegis of colonial powers are related to the images created by contemporary photojournalists, including those who embed with military forces. Embedding is sometimes the only way to get a direct record, no matter how limited, of what is happening in an armed conflict. On occasion such an arrangement leads to images whose directness displeases the authorities, but a more common outcome has been that proximity to an army helps bolster the narrative preferred by the army.

    Still, photographic reportage has the power to quicken the conscience and motivate political commitments. Examples abound of photographs acting as catalysts in the public’s understanding of vital issues, from the images of Bergen-Belsen in 1945 to the photograph of the Syrian toddler Alan Kurdi in 2015. And yet, perhaps even more insistently, on a day-by-day, week-by-week basis, photography implicitly serves the powers that be. To insist that contemporary photographic practice — and I mean to include a majority of the international news coverage in newspapers like this one — is generally made (and published) for the greater good is to misconstrue history, because it leaves out the question of “Good for whom?” Such pictures aren’t for their subjects any more than the photograph in Stone’s book was for the Ijebus and their king.

    Certain images underscore an unbridgeable gap and a never-to-be-toppled hierarchy. When a group of people is judged to be “foreign,” it becomes far more likely that news organizations will run, for the consumption of their audiences, explicit, disturbing photographs of members of that group: starving children or bullet-riddled bodies. Meanwhile, the injury and degradation of those with whom readers perceive a kinship — a judgment often based on racial sympathy and class loyalties — is routinely treated in more circumspect fashion. This has hardly changed since Susan Sontag made the same observation in “Regarding the Pain of Others” (2003), and it has hardly changed because the underlying political relationships between dominant and subject societies have hardly changed.

    Without confronting this inequality, this misconstrual of history, photography will continue to describe itself as one thing (a force for liberation) while obdurately remaining another (an obedient appendage of state power). It will continue to be like the organs of the state that “spread democracy” and change regimes. Even when it appears to go against the state, it will only do so selectively, quaintly, beautifully, piteously, in terms that do not question the right of the state to assert power.

    For how long will these radically unequal societal realities endure? Many affecting photographs have been made during the huge waves of international migration of the past few years. These pictures issue, as usual, from the presumed rights of photographers to depict the suffering of people “out there” for the viewing of those “back home.” But in looking at these images — images of war, of starvation, of capsized boats and exhausted caravans — we must go beyond the usual frames of pity and abjection. Every picture of suffering should elicit a question stronger than “Why is this happening?” The question should be “Why have I allowed this to happen?”

    This is what the scholar Ariella Azoulay calls the “citizenship” of photography, its ability, when practiced thoughtfully, to remind us of our mutual responsibilities. When I look at the bewildering photographs of refugee camps in Richard Mosse’s recent book, “The Castle,” I feel indicted. The imperial underpinnings of Mosse’s project are inescapable: Using military-grade thermal cameras, he makes extremely complex panoramic images (stitched together from hundreds of shots) of landscapes in the Middle East and Europe in which refugees have gathered or have been confined. His pictures echo the surveillance to which these bodies are already subjected. But the thermal imaging renders the images very dark, with the humans showing up as white shapes (almost like a negative). The picture conceals what it reveals. We see people, but they remain hidden.

    This technique makes for uncanny images in which distressed people move about like the figures you see in dreams, indistinct but full of ghostly presence. At the Moria camp in Greece, it is snowing. We see a long snaking line of people, waiting. What are they waiting for? For some material handout, probably, for food or blankets or documents. But their waiting represents the deeper waiting of all those who have been confined in the antechamber of humanity. They are waiting to be allowed to be human.

    Mosse’s images, formally striking as they are, are unquestionably part of the language of visual domination. With his political freedom of movement and his expensive technical equipment, he makes meticulous pictures of suffering that end up in exquisite books and in art galleries. He is not the first photographer to aestheticize suffering, nor will he be the last. And yet, by suppressing color, by overwhelming the viewer with detail, by evoking racial horror rather than prettily displaying it and by including in his work philosophical considerations of the scenes he shows — “The Castle” contains essays by Judith Butler, Paul K. Saint-Amour and Mosse himself and a poem by Behrouz Boochani — he does something quite different from most photojournalists. He unsettles the viewer.

    Photography’s future will be much like its past. It will largely continue to illustrate, without condemning, how the powerful dominate the less powerful. It will bring the “news” and continue to support the idea that doing so — collecting the lives of others for the consumption of “us” — is a natural right. But with a project like “The Castle,” I have a little bit of hope that an ethic of self-determination can be restored. I have hope that the refugees of Moria, Athens, Berlin and Belgrade will gain a measure of privacy. The women of Kabylia will cover their faces and return to themselves as they wish to be. The oba’s beaded crown will fall back into place, shadowing his face. Photography writes with light, but not everything wants to be seen. Among the human rights is the right to remain obscure, unseen and dark.

    https://www.nytimes.com/2019/02/06/magazine/when-the-camera-was-a-weapon-of-imperialism-and-when-it-still-is.html

    #photographie #colonialisme #post-colonialisme #impérialisme
    ping @albertocampiphoto @philippe_de_jonckheere

    Reçu via la mailing-list Migreurop avec le commentaire suivant de Emmanuel Blanchard:

    L’auteur fait notamment référence au travail récent de #Richard_Mosse (exposition et ouvrage « The Castle ») dont il fait un compte rendu à la critique et laudatif. Un point de vue qui peut lui-même être critiqué... dans un sens plus critique.
    Pour accéder à quelques images de Richard Mosse :

    https://vimeo.com/302281332


    https://wsimag.com/art/33291-richard-mosse-the-castle
    https://bit.ly/2NglY08

    #réfugiés #asile #migrations #images #image

    The Castle

    Richard Mosse has spent the past few years documenting the ongoing refugee and migration crisis, repurposing military-grade camera technology to confront how governments and societies perceive refugees. His latest book The Castle is a meticulous record of refugee camps located across mass migration routes from the Middle East and Central Asia into the European Union via Turkey. Using a thermal video camera intended for long-range border enforcement, Mosse films the camps from high elevations to draw attention to the ways in which each interrelates with, or is divorced from, adjacent citizen infrastructure. His source footage is then broken down into hundreds of individual frames, which are digitally overlapped in a grid formation to create composite heat maps.

    Truncating time and space, Mosse’s images speak to the lived experience of refugees indefinitely awaiting asylum and trapped in a Byzantine state of limbo. The book is divided into 28 sites, each presenting an annotated sequence of close-up images that fold out into a panoramic heat map. Within this format, Mosse underscores the provisional architecture of the camps and the ways in which each camp is variously marginalised, concealed, regulated, militarized, integrated, and/or dispersed. His images point to the glaring disconnect between the brisk free trade of globalized capitalism and the dehumanizing erosion of international refugee law in European nation-states. Named after Kafka’s 1926 novel, The Castle prompts questions about the ‘visibility’ of refugees and the erosion of their human rights.

    The book comes with a separate book of texts, including a poem by Behrouz Boochani, the journalist, novelist and Iranian refugee currently held by the Australian government in confinement on Manus island, an essay by Paul K. Saint-Amour, associate Professor of English at the University of Pennsylvania, an essay by philosopher Judith Butler, and a text by Richard Mosse.


    #livre

  • Faire Genres !
    http://www.radiopanik.org/emissions/les-promesses-de-l-aube/faire-genres--4

    Faire Genres ! glisse ses pieds dans les pantoufles des Promesses de l’Aube et vous propose une matinale antipatriarcale, queer et féministe.

    Au programme de ce premier épisode de 2019, des réflexions sur la·es masculinité·s, des podcasts ad hoc, la définition du genre par Judith Butler, un point sur le livre « On ne naît pas soumise... », Friends, Sex & The City et l’agenda !

    Chansons :

    « Est-ce que tu aimes ? » - Arthur H & M

    « Cowboys Are Frequently Secretly (Fond of Each Other) » - Willie Nelson

    « Prison de Poupées » - Première Ligne

    http://www.radiopanik.org/media/sounds/les-promesses-de-l-aube/faire-genres--4_05985__1.mp3

  • Homo inc.orporated – Le triangle et la licorne qui pète

    Avec #Homo_Inc.orporated, #Sam_Bourcier poursuit la réflexion menée dans la trilogie des Queer Zones. Mariage, procréation, travail, patrie, les gais et les lesbiennes ont basculé dans la sphère de la reproduction et de la production. Que reste-t-il du sujet politique #LGBT lorsqu’il est défini par le #droit et le management de la #diversité ? Pas grand-chose. Raison pour laquelle les #queers et les #transféministes se mobilisent pour un agenda de #redistribution_économique et de #justice_sociale plus large que la simple demande d’#égalité et d’#intégration. Homo Inc.orporated propose une critique radicale de l’#homonationalisme et des politiques de l’#égalité_des_droits. C’est aussi une boîte à outils pour lutter contre le #néolibéralisme, avec une réflexion et de nouveaux moyens d’action sur les politiques du #savoir à l’#université, le genre comme #travail, la #grève_du_genre sans oublier le #gender_fucking !

    https://www.cambourakis.com/spip.php?article870
    #transféminisme #genre #livre

  • Judith Butler : "Edward Saïd a été capable d’imaginer un monde dans lequel l’héritage du colonialisme pourrait prendre fin et une relation d’égalité dans la différence pourrait prendre sa place sur les terres de la Palestine. Il a compris que le travail de l’imagination était au centre de la politique, car sans une vision « irréaliste » du futur, aucun mouvement ne pourrait être fait dans le sens de la paix sur la base d’une solution juste et durable.

    Il vivait au milieu du conflit et utilisait les pouvoirs de l’art et de la littérature, de l’archive, du témoignage et de l’appel public, pour demander au monde d’imaginer un avenir dans lequel l’égalité, la justice et la liberté triomphent finalement de la subordination, de la dépossession, et la violence. Parfois, je pense qu’il était peut-être trop bon pour ce monde, mais cette incommensurabilité entre ce qu’il pouvait imaginer et ce qui existe réellement relève en partie du pouvoir de son écriture et de sa présence dans le monde."
    –-> http://www.h-alter.org/vijesti/remembering-edward-said

  • « Soulèvements » : les raisins de la colère Nicolas Mavrikakis - 15 Septembre 2018 - Le Devoir
    https://www.ledevoir.com/culture/arts-visuels/536707/soulevements-les-raisins-de-la-colere

    À la Galerie de l’UQAM jusqu’au 24 novembre et à la Cinémathèque québécoise jusqu’au 4 novembre

    Cela tournera-t-il bien ? On voudrait le croire. Mais cela risque en fait de bien mal tourner. Les soulèvements révolutionnaires — ainsi que le tourbillon social et esthétique qu’ils incarnent — sont souvent fauchés, interrompus dans leur élan.

    Même si la brèche ouverte par ces moments d’#insurrection se referme rapidement, ils ont néanmoins une puissance quasi indéfinissable et ô combien enlevante, inspirante, exaltante… C’est de cela que parle l’exposition Soulèvements présentée ces jours-ci à la Galerie de l’UQAM.
    Ceux qui ont participé au printemps des carrés rouges en 2012 ont entraperçu, à l’échelle de la société québécoise plutôt pacifique et posée, de quoi il peut en retourner. Pourtant, le pouvoir et bien des médias ont tendance à construire une #image extrêmement négative de ces moments de soulèvement et de ras-le-bol, où explose le sentiment justifié d’injustice.


    Suzy Lake, « Pre-Resolution : Using the Ordinances at Hand #11 », 1983. Collection Shanita Kachan et Gerald Sheff.

    Ce n’est pas le cas du théoricien Georges Didi-Huberman, commissaire de cette expo. Après avoir travaillé sur les représentations des lamentations, sur l’image du #peuple en larmes, concept qu’il a interrogé dans sa série de livres intitulée L’oeil de l’histoire ainsi que dans une exposition, voici qu’il a l’élan de réfléchir aux soulèvements. Comme il l’expliquait lors du colloque qui lui fut consacré le 7 septembre à l’UQAM, nous vivons « de sombres temps », d’autant plus sombres que la gauche ne semble pas se remettre d’un abattement profond. Les titres des livres de bien des penseurs et auteurs sont depuis longtemps dépressifs : Mélancolie de la gauche d’Enzo Traverso, Dépossession de Judith Butler et Athena Athanasiou, Confiscation de Marie José Mondzain… Sans oublier le roman Soumission de Houellebecq.

    Émotions devant la constellation précaire des soulèvements
    Didi-Huberman montre, à l’opposé, comment, dans le soulèvement, résident une #force et une #intelligence indestructibles qui survivent à son affaissement. Une force qui — pour suivre la pensée de Freud — est le signe que le désir est indestructible. Didi-Huberman se refuse d’ailleurs à définir ce concept de soulèvement ou à réduire les soulèvements à une iconographie particulière. Il fait bien. Il trouve que la pensée doit fonctionner par constellation d’images. Cette expo se dévoile donc comme des éclats, des fragments de soulèvement à travers lesquels le visiteur devra se promener afin de ressentir une histoire des #opprimés qui n’est absolument pas défaitiste.

    Des sections permettent au visiteur de bâtir des pistes de lecture :
    I. Par éléments (déchaînés) ;
    II. Par gestes (intenses) ;
    III. Par mots (exclamés) ;
    IV. Par conflits (embrasés) ;
    V. Par #désirs (indestructibles).
    Le visiteur pourra y voir comment ces moments de révolution se jouent autour de motifs, d’actions. Il y verra aussi bien des femmes courageuses, effectuant entre autres des marches contestataires — pensons à ces images montrant les « Mères de la place de Mai » défilant à Buenos Aires chaque semaine entre 1977 et 2006 afin de savoir ce qu’il en était de leurs enfants, tués par la dictature militaire.

    On y voit aussi comment dans ces soulèvements prolifèrent des documents — #affiches, #tracts, #dessins, #gravures — qui défient le pouvoir qui veut faire taire le peuple et souhaite effacer les traces de ces révoltes… Et comment les soulèvements puisent dans la mémoire à travers des images ou des représentations anciennes. C’est entre autres le cas avec l’adaptation d’Antigone par #Brecht.
    Ce n’est donc pas une expo didactique ou doctrinaire. Ce n’est pas non plus un petit guide pratique pour révolutionnaires. C’est une expo emballante, intelligente pour qui voudra s’y plonger et croire en l’humanité. Une expo qui demande de faire des liens entre les images et les époques, entre des contextes sociopolitiques très différents, entre des événements majeurs et mineurs, sans pour autant prétendre à une universalité théorique.


    Photo : Alain Chagnon « C’est à la femme de décider [Manifestation d’appui au Docteur Morgentaler] », 1974

    Cette expo est une célébration de la révolte dans son caractère indéfinissable, mais aussi une célébration de l’art, de la création qui défie l’oubli par la production d’images. Une expo qui souligne aussi le travail du chercheur. On y saisira bien comment les documents historiques permettent de défier ce silence dont nous parlions, ce silence que les puissants imposent aux petites voix de ce monde. Il faut aussi et surtout voir cette exposition tout simplement parce qu’on y trouve des oeuvres bouleversantes.

    C’est le cas de cette vidéo intitulée Idomeni, 14 mars 2016 de Maria Kourkouta, qui dévoile la marche des migrants à la frontière gréco-macédonienne, ou de ces quatre photos prises par des prisonniers dans le camp de Birkenau… L’image a bien mauvaise presse de nos jours. On lui confère tous les défauts. Cet événement lui réattribue une mission plus noble, qu’elle n’a en fait jamais perdue.

    Il a été reproché à cette exposition d’esthétiser la révolte. Ce n’est pas la première fois que l’on souhaite condamner Didi-Huberman. Son travail privilégierait l’image par rapport au réel. Par exemple, le cinéaste Claude Lanzmann lui reprocha sonlivre Image malgré tout (2003), qui appuierait une vision réductrice de la Shoah à travers ses images. C’est bien mal le comprendre. Didi-Huberman place l’#image au coeur de la pensée.

  • L’excentrique philosophe Avital Ronell suspendue de l’Université de New York - Libération
    http://www.liberation.fr/debats/2018/08/24/l-excentrique-philosophe-avital-ronell-suspendue-de-l-universite-de-new-y

    Un ancien étudiant de la féministe « queer » lui reproche des mails et des gestes déplacés. Des intellectuels, dont Judith Butler, l’ont défendue. Un comportement jugé masculin et corporatiste par de nombreux médias.

    « Mon adoré », « mon doux bébé câlin », « mon magnifique Nimrod ». Ou bien encore ce jeu de mots : « My cock-er spaniel », « mon cocker » (1). Mots doux ou preuves d’un long harcèlement sexuel ? La nouvelle a déclenché une tempête dans les milieux universitaires américains et au-delà. Avital Ronell, une intellectuelle internationalement réputée, professeure de littérature comparée à l’Université de New York, a été suspendue un an par sa fac pour avoir harcelé sexuellement un de ses anciens étudiants, Nimrod Reitman. Ce qu’elle dément.

    Avital Ronell, philosophe proche du courant de la French Theory et de Jacques Derrida, qu’elle rencontra en 1979, a écrit sur l’autorité, la surveillance, la figure de l’ennemi, mais aussi sur le sida, l’addiction ou le téléphone. Féministe, de gauche, Ronell est lesbienne et se définit comme queer. Nimrod Reitman, l’ex-étudiant qui l’accuse, est gay.

    Selon le New York Times, qui a sorti l’affaire mi-août, Nimrod Reitman, aujourd’hui âgé de 34 ans quand Ronell en a 66, lui reproche de lui avoir envoyé pendant trois ans des mails déplacés, mais aussi d’avoir eu des gestes à connotation sexuelle à plusieurs reprises. Reitman raconte ainsi une journée de 2012, à Paris, où la philosophe l’avait invité à l’accompagner. Elle lui aurait demandé de lui lire des poésies, dans sa chambre, pendant qu’elle faisait la sieste. Puis l’aurait invité dans son lit, lui aurait touché la poitrine, l’aurait embrassé. Reitman explique ne pas avoir osé réagir par peur de représailles sur son avenir universitaire. Dès le lendemain, il lui aurait pourtant dit son désaccord et sa gêne. Mais la situation se serait répétée à plusieurs reprises. Avital Ronell, elle, dément catégoriquement tout contact sexuel. Quant à ses mails : « Nos communications étaient entre deux adultes, un homme gay et une femme queer, qui partagent un héritage israélien, aussi bien qu’un penchant pour une communication imagée et familière, née de sensibilités et d’un contexte académique communs », a-t-elle déclaré au New York Times.

    Excentricité

    Au terme d’une enquête de onze mois, l’université a conclu que Ronell s’était bien livrée à du harcèlement sexuel et que son comportement avait été « suffisamment envahissant pour altérer les termes et les conditions de l’environnement d’apprentissage de M. Reitman ». Elle a en revanche rejeté les accusations d’agression sexuelle, estimant qu’elle n’avait pas de preuve.

    Au printemps, plusieurs dizaines d’intellectuels et de professeurs d’université avaient signé un texte de soutien, initié par Judith Butler, la grande figure des études de genre, destiné à l’Université de New York, pour plaider la cause de la philosophe lors de l’enquête interne de la fac. Le courrier confidentiel a fuité sur un blog - sans doute était-ce aussi l’occasion de porter un coup aux études de genre et au poststructuralisme. Très malhabile, le texte reprenait les arguments classiques de la défense des hommes harceleurs… Le procès médiatique d’Avital Ronell est devenu celui des intellectuelles féministes et queer. Sur le blog The Philosophical Salon, le philosophe slovène Slavoj Zizek a justifié son choix de signer la pétition de soutien à Ronell : « Pour être brutalement honnête, Avital et moi ne sommes pas membres du même "gang" théorique : […] elle est féministe alors que je suis très critique de la version prédominante du féminisme américain, commence le penseur marxiste. Dans sa manière d’être avec ses collègues et ses amis, Avital est un genre en soi : acerbe, ironique, se moquant des autres amicalement… Pour faire court, elle est une provocation vivante pour les membres du politiquement correct de notre monde académique, une bombe sur le point d’exploser. […] Ce qui me rend vraiment triste, c’est que la procédure contre Avital vise un certain type psychologique, un certain mode de comportement et d’expression pour lesquels il y a de moins en moins de place dans l’académie. » Dans ses livres aussi, la philosophe tient un langage hors-norme, mélange de concepts et de mots de la rue. Dans Loser Sons (2012), elle cite Hannah Arendt puis soudain se coupe et l’interpelle : « Ecoute-moi, Hannah, t’es sûre de ça ? » Le philosophe français Jean-Luc Nancy, qui a aussi signé la lettre de soutien à son amie, témoigne de son excentricité : « Avital a sans doute été imprudente, mais cette histoire est gonflée, assure-t-il à Libération. Je la connais depuis une trentaine d’années, et depuis trente ans elle m’envoie des mails avec des "I love you", "I adore you". C’est son style : des hyperboles toujours recommencées. »

    « Entre-soi très malvenu »

    Certains soutiens d’Avital Ronell estiment encore qu’après tout, Nimrod Reitman pouvait bien changer de directrice de thèse ou de faculté. « Une directrice de thèse a le pouvoir de faire et défaire l’avenir universitaire de ses élèves, rectifie la professeure en études de genre à l’Université de Lausanne Eléonore Lépinard. En fac de médecine, on ne s’y trompe pas : on parle des "patrons". Mais en sciences humaines, les universitaires ont du mal à assumer cette réalité car dans la relation entre professeur et élève s’imbriquent aussi une complicité intellectuelle, un tutorat, un accompagnement qui masquent le lien hiérarchique. » La chercheuse est sévère envers l’attitude des universitaires qui se sont empressés de soutenir l’une des leurs : « Cet entre-soi est très malvenu. C’est justement cette défense corporatiste qui rend possibles les abus de pouvoir. » Mais dans leur défense de Ronell, des universitaires américaines font aussi plus largement la critique de ce qu’elles considèrent comme des « dérives » du « Title IX » dans ce cas-ci. Pour ces dernières, l’outil juridique (lire aussi page 4) était pensé dès 1972 pour permettre aux femmes d’échapper à toute discrimination à l’université et n’aurait ainsi pas vocation à aider un homme à se retourner contre une femme.

    Le véritable « abus fait du Title IX » n’est pas là pour l’historienne Joan Scott, qui a signé elle aussi la lettre de soutien à Ronell : « Le Title IX est récemment devenu uniquement centré sur le harcèlement sexuel, a-t-elle expliqué dans un mail à Libération. Depuis 1972, les universités confrontées à une plainte dans le cadre du Title IX ont répondu de manière diverse au fil des ans : elles ont protégé leurs éminents universitaires, choisissant d’ignorer les plaintes d’étudiants ; elles ont protégé leurs athlètes et tous ceux qu’elles considéraient comme vitaux pour leurs programmes ; elles ont parfois puni les accusés après une prudente investigation. Mais plus récemment, la réponse la plus typique est de considérer une plainte comme prouvée, sans trop d’efforts pour examiner les faits afin d’agir vite et de punir l’accusé. […] Au lieu d’un jury composé de ses pairs, l’accusé fait face à des équipes d’avocats décidés à protéger l’université de coûteuses poursuites en justice ou de la perte de fonds fédéraux. […] C’est ce qui s’est passé dans le cas Ronell. » Ce qui ne suffira peut-être pas : Nimrod Reitman réfléchit à porter plainte, cette fois en justice, contre Avital Ronell et l’Université de New York.

    (1) Cock signifie « bite » en anglais.
    Sonya Faure

    Ces féministes universitaires dont l’intersectionnalité est le gagne-pain et qui n’ont aucun problème à utiliser leur pouvoir de domination sur qui se trouve sous leur coupe pfff ! Il serait bienvenu qu’elles relisent leurs classiques ou du moins qu’elles appliquent les principes qu’elles prônent dans leur théorie. Défendue par Butler en plus, quelle honte ! Avec des arguments dégueu !

    N.B. Je remets cet article parce que celui qui avait été posté ailleurs n’est pas en entier et les personnes qui ne savent pas débloquer le javascript sont limités en nombres d’articles lus sur Liberation.

    #Ronell #harcèlement #agression_sexuelle #Butler #domination #féminisme #queer

  • Queer attitude et incrimination.
    https://vacarme.org/article3177.html

    L’affaire Ronell/Reitman fait symptôme d’une difficulté à faire tenir ensemble police des mœurs et subversion de l’ordre patriarcal. Car la question du fameux Title IX, de son usage et mésusage, est aussi celle de sa dérive. En 1972, il s’agit de lutter contre des discriminations dues au sexe, à savoir l’interdiction faite aux femmes de pouvoir avoir les mêmes activités physiques, sportives, intellectuelles que les hommes. Aujourd’hui il semble être le point d’appui des plaintes pour abus de pouvoir (...)

    #Autour_d'Avital_Ronell

    / #Avital_Ronell

    • Je regroupe mes réaction aux 3 textes sur l’affaire Ronell proposé par vacarme ici :

      –----
      https://vacarme.org/article3176.html

      Dans le cas présent, il faut mettre en balance une femme de cœur, unanimement reconnue pour sa force et sa générosité, et un étudiant qui n’a pas réussi à obtenir la place qu’il souhaitait – à tort ou à raison – dans le monde redoutablement concurrent des chercheurs américains.

      Ca fait mal au coeur de voire le #victime_blaming utilisé par Nathalie Koble (même si je sais pas qui elle est, elle semble se revendiqué féministe).

      En l’occurrence, confondre sans discernement harcèlement – dans un cadre professionnel – et vie privée – hors de ce cadre - relève à la fois du lynchage et de l’atteinte aux droits de l’homme et de la femme : ira-t-on reprocher à une femme libre toute une vie intime, librement consentie, et ses affinités intellectuelles comme une opprobre, parce qu’elle est en procès avec un étudiant ? N’est-on pas là en train de confondre la liberté du consentement et le harcèlement pour verser dans un faux moralisme, puisqu’il ne prend les visages du puritanisme que pour n’être au fond que le prétexte à l’exposition la plus dégradante possible de l’intégrité d’une femme ?

      Elle est peut être féministe mais elle semble avoir raté l’idée que le privé est politique. Ce discours me semble malhonnete. Elle utilise exactement les technique de protection des dominant·es.
      – l’agresseur·e présumé est quelqu’un de respectable.
      – la personne qui dénonce l’agression est blamé (accusé de mentir pour chantage, vengeance, cupidité, ou par regrets pudibonds...)
      – C’est de la séduction mal comprise - drague un peu lourde
      – C’est une affaire privé -
      – C’est pas du vrai harcelement car la victime un homme et l’accusée une femme.

      Sinon sur ce texte, il est ecrit au masculin, avec l’expression « La femme » et « l’homme » qui témoigne d’une vision essentialiste. Du coup Nathalie Koble elle me semble modérément féministe mais ca me rassure pas pour autant. J’ai pas encor lu les autres textes de vacarme sur ce sujet mais j’espère qu’il n’y a pas que ce type de discours nauséabond.

      –------
      https://vacarme.org/article3177.html

      Car le projet d’une femme queer est d’agir en refusant les assignations normatives et les rapports de domination. Or chacun sait que quand un être domine, il n’est plus libre, et que la liberté ne consiste pas à dominer mais bien à refuser tout rapport de domination, qu’on soit dominant ou dominé socialement. D’où cette difficulté structurelle pour la liberté humaine du consentement des dominés ou de leur servitude volontaire ou de leur capacité à récupérer un statut victimaire, quand ils ont simplement renoncé à leur liberté. Pour un étudiant est-ce si impossible de dire non à son professeur ?

      Celui là est plus tordu. J’ai l’impression que là l’idée c’est qu’elle fesait de la poésie surréaliste ou une expérience BDSM queer et du coup c’est pas que agression. Elle est queer alors elle peu pas harcelé. Et la victime n’avait qu’a se défendre -

      Le final c’est le ponpon :

      Non l’affaire Ronell/Reitman n’est pas symétrique des affaires #MeToo. Et l’on peut s’étonner malgré tout de la célérité à sanctionner une femme quand tant d’hommes ne sont jamais inquiétés.

      Je suis pas d’accord sur ce deux poids deux mesures. Les harceleuses, agresseuses, violeuses... doivent etre dénoncé autant que les hommes qui commettent ces actes. Ni plus ni moins.

      #metoo dénonce le harcelement sexuel sur le lieu de travail. Entre collègues, dans la hiérarchie, vis à vis de client·es... Dès le début il y a eu des hommes victimes. Dans le travail les discriminations font que la position de pouvoir est plutot aux hommes, mais il y a des femmes qui ont du pouvoir et peuvent l’utiliser pour harceler. c’est pas possible de donner une autorisation de harcelé aux dominé·es (ni à personne !).

      Simone de Beauvoir avait été renvoyé de son poste d’enseignante pour avoir couché avec des élèves, ca lui vaut le titre de #grand_homme dans mes archives.

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      Le dernier :
      https://vacarme.org/article3175.html

      À titre personnel, mais peut-être parce que je suis viriliste, j’aurais tendance à penser que les femmes professeurs sont davantage en droit que les hommes professeurs à se sentir a priori protégées d’accusations de harcèlement sexuel et de contact sexuel : même en position d’autorité, elles ne bénéficient pas de cette menace constante de pouvoir pénétrer l’autre ou de le faire bander sans son consentement — à moins d’être sacrément équipée de prothèses technologiques et de breuvages magiques, ce qui est assez rare et compliqué (en d’autres termes, il me semble qu’il faudrait toujours tenir compte d’une inégalité de genre irréductible dans les affaires de harcèlement sexuel).

      Lui c’est le grand portnawak, le penis est donc un « genre » à ses yeux et il y a pas moyen pour une femme de commettre des violences sexuelles. Le vrai viol c’est avec un penis et sans penis pas de violence sexuelle possible.
      Les agressions sexuelles commises par des femmes ne sont pas de bourdes. Et parlé de bourde au sujet d’une femme ca me semble connoté sexiste. Ca me rappel les attaques sexistes contre S.Royal.
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      Je trouve tout ca malhonnete. Ces 3 textes utilisent quantité d’arguments qui sont justement ceux utilisé habituellement par les masculinistes. En fait ces trois personnes sont surtout 3 universitaires de pouvoir qui veulent garder leur droit à harceler les étudant·es et qui défendent ce droit à travers cette affaire.

    • J’avais raté celui là ! merci @marielle

      Voilà deux personnes qui flirtent (on efface ici toutes attributions de genre, toujours douteuses et modifiables). Deux adultes, en pleine possession de leurs droits et de leurs consciences. L’un est le professeur de l’autre et l’autre, par conséquent, son étudiant. Ils flirtent c’est-à-dire s’amadouent, se donnent de gentils noms, en paroles et en mails, se caressent un peu. Sur le plan du sexe et du sentiment ça ne va pas plus loin.

      C’etait pas un flirt puisque l’une des deux parties a porter plainte. On retrouve la thèse complotiste, la mise en cause de la victime, la négation du rapport hierarchique. C’est un peu moins bourrin que les autres car il y a un peu de contexte et de perspective dans celui là. Je vais pas y passer la journée, les profs qui flirts avec leurs etudiant·es sont en faute et celleux qui les harcelent sont bien sur encore plus et cela qu’illes soient queer ou pas.

    • Bien d’accord sur le manque de contexte. Le figaro à l’air d’en parlé sous #paywall : http://www.lefigaro.fr/international/2018/08/22/01003-20180822ARTFIG00215-metoo-une-universitaire-feministe-reconnue-coupab
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      Non, c’est pas les mêmes relations, c’est pas la même violence, sauf à multiplier les rapports de domination pour renverser le handicap fondamental d’être une meuf qui n’a pas appris à dire non avec autant d’assurance qu’un gars : race, âge, position sociale, rapport hiérarchique. Ce qui est peut-être le cas ici, j’en sais rien.

      Ici on sais que c’était sa directrice de thèse et cette position de domination est évacué et niée par tou·tes les universitaires pro Ronell publié par Vacarme.

    • Plusieurs texte là dessus dans libé aujourd’hui dont un qui donne un peu le contexte.
      http://www.liberation.fr/debats/2018/08/24/l-excentrique-philosophe-avital-ronell-suspendue-de-l-universite-de-new-y

      Selon le New York Times, qui a sorti l’affaire mi-août, Nimrod Reitman, aujourd’hui âgé de 34 ans quand Ronell en a 66, lui reproche de lui avoir envoyé pendant trois ans des mails déplacés, mais aussi d’avoir eu des gestes à connotation sexuelle à plusieurs reprises. Reitman raconte ainsi une journée de 2012, à Paris, où la philosophe l’avait invité à l’accompagner. Elle lui aurait demandé de lui lire des poésies, dans sa chambre, pendant qu’elle faisait la sieste. Puis l’aurait invité dans son lit, lui aurait touché la poitrine, l’aurait embrassé. Reitman explique ne pas avoir osé réagir par peur de représailles sur son avenir universitaire. Dès le lendemain, il lui aurait pourtant dit son désaccord et sa gêne. Mais la situation se serait répétée à plusieurs reprises. Avital Ronell, elle, dément catégoriquement tout contact sexuel. Quant à ses mails : « Nos communications étaient entre deux adultes, un homme gay et une femme queer, qui partagent un héritage israélien, aussi bien qu’un penchant pour une communication imagée et familière, née de sensibilités et d’un contexte académique communs », a-t-elle déclaré au New York Times.
      Excentricité

      Au terme d’une enquête de onze mois, l’université a conclu que Ronell s’était bien livrée à du harcèlement sexuel et que son comportement avait été « suffisamment envahissant pour altérer les termes et les conditions de l’environnement d’apprentissage de M. Reitman ». Elle a en revanche rejeté les accusations d’agression sexuelle, estimant qu’elle n’avait pas de preuve.

      Au printemps, plusieurs dizaines d’intellectuels et de professeurs d’université avaient signé un texte de soutien, initié par Judith Butler, la grande figure des études de genre, destiné à l’Université de New York, pour plaider la cause de la philosophe lors de l’enquête interne de la fac. Le courrier confidentiel a fuité sur un blog - sans doute était-ce aussi l’occasion de porter un coup aux études de genre et au poststructuralisme. Très malhabile, le texte reprenait les arguments classiques de la défense des hommes harceleurs…

      ...

      Le véritable « abus fait du Title IX » n’est pas là pour l’historienne Joan Scott, qui a signé elle aussi la lettre de soutien à Ronell : « Le Title IX est récemment devenu uniquement centré sur le harcèlement sexuel, a-t-elle expliqué dans un mail à Libération. Depuis 1972, les universités confrontées à une plainte dans le cadre du Title IX ont répondu de manière diverse au fil des ans : elles ont protégé leurs éminents universitaires, choisissant d’ignorer les plaintes d’étudiants ; elles ont protégé leurs athlètes et tous ceux qu’elles considéraient comme vitaux pour leurs programmes ; elles ont parfois puni les accusés après une prudente investigation. Mais plus récemment, la réponse la plus typique est de considérer une plainte comme prouvée, sans trop d’efforts pour examiner les faits afin d’agir vite et de punir l’accusé. […] Au lieu d’un jury composé de ses pairs, l’accusé fait face à des équipes d’avocats décidés à protéger l’université de coûteuses poursuites en justice ou de la perte de fonds fédéraux. […] C’est ce qui s’est passé dans le cas Ronell. » Ce qui ne suffira peut-être pas : Nimrod Reitman réfléchit à porter plainte, cette fois en justice, contre Avital Ronell et l’Université de New York.

    • Aux Etats-Unis, l’affaire de la professeure Avital Ronell questionne #MeToo
      https://www.mediapart.fr/journal/international/280818/aux-etats-unis-l-affaire-de-la-professeure-avital-ronell-questionne-metoo

      Le pouvoir. Pour Corey Robin, figure de la gauche intellectuelle américaine, voilà bien la question centrale. « La question qui hante tous ces échanges est celle du pouvoir, écrit-il. Voilà un doctorant qui essaie de faire son chemin dans une institution où tout dépend d’un bon, ou d’un mauvais mot, de son superviseur. (...) Je ne doute pas que Ronell ait pu croire, parfois, que le langage qu’elle utilisait était partagé. Ceux qui sont en position de pouvoir, et qui abusent de ce pouvoir, le croient souvent. »

      « Ce qui me frappe dans cette histoire, c’est moins la dimension sexuelle que cette demande incessante, et fatigante, que Ronell exigeait de son élève, juge Claire Potter, professeur d’histoire à la New School de New York. Lorsque vous êtes professeur, vous devez penser aux barrières. Des amitiés fortes ne sont pas exclues. Mais il doit y avoir des barrières claires dans l’intimité. »

      Professeur à l’institut de French Studies de NYU, le sociologue Frédéric Viguier est frappé par la dimension générationnelle de la polémique, qui révèle les profondes disparités de condition dans l’université américaine, système hyperconcurrentiel et privé où des « stars » très bien payées dans les meilleures universités, souvent des centaines de milliers de dollars par an, disposent d’un pouvoir exorbitant sur des doctorants dont elles peuvent accélérer, ou entraver, les carrières.

      https://justpaste.it/5h1k4

  • Rien n’affaiblira #MeToo si on reste honnête intellectuellement | Slate.fr
    http://www.slate.fr/story/166169/metoo-agression-sexuelle-feminisme-asia-argento

    Les accusations à l’encontre d’Asia Argento, figure du mouvement #MeToo, n’abîmeront pas un mouvement d’une telle ampleur si l’on est cohérent avec la ligne défendue : lutter contre toutes les agressions sexuelles.

    « L’arroseuse arrosée », « Tel est pris qui croyait prendre »… Aucun poncif ne nous aura été épargné immédiatement après les révélations du New York Times à propos d’Asia Argento.

    Cette dernière, qui figure parmi les accusatrices d’Harvey Weinstein, est à son tour accusée d’agression sexuelle. Le quotidien américain fait état d’un arrangement financier qui aurait été conclu entre un jeune acteur et Asia Argento, à hauteur de 380.000 dollars (333.000 euros) pour éviter des poursuites judiciaires. Ce que l’intéressée dément dans un communiqué : « J’ai été profondément choquée et touchée en lisant ces nouvelles qui sont totalement fausses. Je n’ai jamais eu aucune relation sexuelle avec Bennett. Je n’ai d’autre choix que de m’opposer à tous ces mensonges et à me protéger par tous les moyens ».

    L’article, et c’est normal, a suscité de multiples réactions. Allant de l’étonnement le plus simple à, et c’est là que ça devient moins normal, des séries de tweets réjouis. Oui, des gens (Franz-Olivier Giesbert et bien d’autres) semblent parfaitement enchantés, franchement ravis qu’une personne ait été agressée sexuellement.

    Pas un mot pour la victime présumée, le jeune Jimmy Bennet dont le New York Times rapporte pourtant l’état de détresse. Mais des petits sourires satisfaits à l’idée qu’une féministe ait pu exercer sur un jeune garçon la domination qu’elle prétend combattre. Et on fait semblant de découvrir que l’on peut être victime ET bourreau, et qu’il est possible de lutter publiquement contre quelque chose dont on est soi-même coupable (souvenez-vous de Denis Baupin, les lèvres peinturlurées en rouge pour soutenir les droits des femmes).

    Mais oui, en effet, on peut être profondément surpris et écœuré par ce qu’on a présenté comme un véritable coup de théâtre (allez hop un autre poncif tant qu’à faire) sans être ni misogyne, ni faussement naïf, ni vouloir danser sur la tombe de #MeToo.
    Même stratégie que Weinstein, DSK et leurs défenseurs

    Quel que soit le fond de l’affaire, elle devrait surtout nous peiner pour la victime présumée d’abord, mais aussi pour Nimrod Reitman, l’étudiant ayant accusé la philosophe féministe Avital Ronnel d’agression sexuelle. Dans les deux cas, la victime est encore une fois escamotée au profit d’idéologies, mais est aussi niée par des féministes elles-mêmes.

    À LIRE AUSSI #MeToo : le retour de bâton médiatique… dans les pages de L’Obs

    Que penser, en effet, de la tribune de soutien à Ronnel rédigée par des chercheurs et chercheuses, dont Judith Butler, qui invoque « une campagne malveillante », mettant en avant la « stature » et « la réputation » de la philosophe comme si la célébrité ou un CV bien garni avaient déjà empêché quelqu’un d’être un violeur ? C’est exactement la stratégie adoptée par Weinstein, DSK et leurs défenseurs : crier à la cabale, faire de l’accusé un parangon de vertu, se préoccuper des conséquences sur sa carrière, en avoir rien à foutre de la parole des victimes.

    Il faut avoir l’honnêteté de dire que si le mouvement #MeToo peut être décrédibilisé, cela peut aussi se faire de l’intérieur.

    On ne sort pas grandies quand on arbore des airs vaguement complotistes en affirmant que les révélations du New York Times « [tombaient] bien pour décrédibiliser ces femmes qui dérangent ». Cela revient là aussi à adopter exactement les mêmes mécanismes que ceux que #MeToo est censé combattre : minimiser les agressions, mettre en doute la parole des victimes, héroïser l’agresseur présumé.
    Le besoin d’avoir des muses

    Reste que c’est une véritable gageure formulée par un autre article du quotidien new-yorkais : « Qu’arrive-t-il au mouvement #MeToo quand une féministe est accusée ? ». Rien, je crois, si l’on ne serre pas bêtement et aveuglement les rangs sans accorder aux victimes, aux faits, au travail des journalistes qui révèlent les enquêtes, le respect qu’ils méritent. On n’affaiblit pas un mouvement d’une telle ampleur si l’on reste honnête intellectuellement et cohérent avec la ligne défendue : lutter contre les agressions sexuelles.

    Ce que cette histoire interroge également, c’est notre besoin de personnaliser les mouvements, d’avoir des muses. Même si elles font bien le job. Oui, le discours prononcé par Asia Argento au festival de Cannes avait de la gueule et a eu une répercussion mondiale. Oui, il faut bien que les victimes, comme Rose Mac Gowan, s’expriment publiquement et on ne peut que louer leur courage quand elles s’engagent au-dela de propre cas.

    Mais #MeToo a pris une telle ampleur que l’on peut parfaitement continuer à mener le combat sans égérie. Les combats féministes sont trop vastes et importants pour prendre le risque de les lier à quelques têtes de gondoles.

    • ici un article sur l’affaire Ronell que je ne connaissait pas : http://www.slate.fr/story/165956/avita-ronell-nimrod-reitman-metoo-harcelement-sexuel

      « Bien que nous n’ayons pas eu accès au dossier, nous avons tous travaillé pendant de nombreuses années avec la Professeure Ronell, peut-on lire sur le blog d’un universitaire ayant partagé la lettre, Nous avons tous vu ses relations avec ses étudiants, et certains d’entre nous connaissons l’individu qui a mené cette campagne malveillante contre elle. »

      Après avoir rappelé leur « profonde et tenace admiration » pour la professeure, la lettre déplore « les dommages que cette procédure lui causent, et nous visons à inscrire dans des termes clairs notre objection à tout jugement produit contre elle. Nous maintenons que les allégations prononcées à son égard ne constituent pas de preuves, mais soutiennent plutôt l’attention malveillante qui a animé et soutenu ce cauchemar juridique ».

      « Nous témoignons de la grâce, de l’esprit affuté et de l’engagement intellectuel de la professeure Ronell et demandons à ce que lui soit accordé la dignité qu’elle mérite pour quelqu’un de cette stature internationale et de sa réputation. »

      Le New York Times et Quartz notent que la lettre rappelle les arguments utilisés pour contrer les enquêtes de harcèlement sexuel commis par des hommes : elle s’intéresse aux dommages potentiels sur la réputation de la chercheuse. Sans avoir eu accès au dossier, les soutiens certifient du côté malveillant et malhonnête de la plainte.

      Il a été par ailleurs reproché à l’étudiant d’utiliser un outil féministe comme le Title IX pour attaquer une féministe. Diane Davis qui dirige le département de réthorique de l’université du Texas, signataire de la lettre, précise au New-York Times : « Je soutiens, bien sûr, ce que le Title IX et le mouvement #MeToo essaie d’accomplir, leur effort pour confronter et éviter les abus, le fait de réclamer plus de justice. Mais, c’est pour cette raison qu’il est tellement décevant quand cette énergie incroyable de justice est retournée contre elle-même, ce que beaucoup de nous pensons qu’il s’agit dans ce cas. »

  • Quand on réécrit l’histoire du féminisme avec Antoinette Fouque
    http://annette.blogs.liberation.fr/2018/03/08/quand-reecrit-lhistoire-du-feminisme-avec-antoinette-fouque

    Il y aura une rue Antoinette Fouque à Paris dans le XXème arrondissement ! Un choc. Je republie donc aujourd’hui la "contre-nécro" que j’avais écrite à sa mort, dans Libération le 22 février 2014, pour rétablir un peu de vérité historique dans la légende du personnage. Replay .

    Quelle étrangeté que d’entendre, ce samedi 22 février 2014, les grandiloquents hommages à Antoinette Fouque, disparue jeudi à l’âge de 77 ans. Sans elle, si l’on croit ce qu’on nous répète en boucle, les Françaises ne seraient ni libérées, ni indépendantes. Horreur, sans Antoinette Fouque nous serions encore, malheureuses, toujours sans le droit à la contraception, à l’avortement, à la parité, harcelées dans les ascenseurs ...? Ainsi de la ministre des Droits des femmes qui a donné le ton : « Sa contribution à l’émancipation d’une génération de Françaises est immense », affirme sans hésiter et sans modération Najat Vallaud-Belkacem, qui a l’excuse d’être née dix ans après le début d’un mouvement de femmes en France. Et c’est de ma génération qu’elle parle.

    « Merci ! Merci ! » tweetent les unes après les autres, les ministres femmes qui semblent dire qu’elles lui doivent leurs postes dans le gouvernement socialiste. Et même Valérie Trierweiller qui nous confie, dans un tweet aussi, qu’Antoinette Fouque est, pour elle, un « modèle d’indépendance pour nous toutes ». Et vice-versa ?

    L’histoire n’est pas aussi rose que « La belle et grande voix du féminisme » que salut Najat Vallaut-Belkacem, qui n’imagine pas, bien sûr, que Fouque détestait le mot « féminisme ». Encore sur France-Info, dans sa dernière interview en février, elle voyait dans le féminisme « la servitude volontaire que font certaines pour s’adapter au journal ELLE ou à d’autres ». Féminisme, Beauvoir ... aux poubelles de l’histoire vue par Fouque.

    En France, on n’a pas eu de chance. On avait un mouvement joyeux, bordélique, excessif, multiple, périssable et impérissable, un mouvement, et non une organisation politique, ou un parti, et surtout pas une marque privée, « MLF » qui fut un jour déposée légalement, dans le secret, par Antoinette Fouque et ses deux amies, pour leur usage politique et commercial. Une « captation d’héritage », c’était bien ça.

    Quarante-quatre ans après qu’une dizaine de copines - sans elle - a fait l’acte fondateur de mettre une gerbe de fleurs sous l’Arc de Triomphe à la mémoire de « La femme encore plus inconnue du soldat inconnu », la vie d’Antoinette Fouque est une success-story : elle s’est construit sa propre légende.

    Au commencement, donc, dans la vague de mai 68, et inspiré par le Women’s Lib américain, les Françaises ont, elles-aussi, voulu parler de leur libération. Et ce fut l’année 1970, appelée assez maladroitement si l’on y pense, « Année zéro du mouvement de libération des femmes. » Rappelons que nous étions filles et petites filles naturelles de celle qui fut, elle, la véritable inspiratrice de l’émancipation des femmes, en France, et dans le monde : Simone de Beauvoir, qui avait déja écrit Le Deuxième Sexe en 1949...

    Antoinette Fouque, enseignante devenue psychanalyste, entreprend sa marche vers le pouvoir en créant son propre groupe « Psychanalyse et Politique ». Moderne, elle comprend la force du transfert freudien et n’hésite pas à prendre en analyse les jeunes militantes qui la rejoignent. Parmi elle, Sylvina Boissonnas, héritière d’une grosse fortune. Antoinette Fouque vivra dorénavant comme une milliardaire, de l’hôtel particulier du VIIe arrondissement aux magnifiques demeures en France et aux Etats-Unis, elle pourra financer sa maison d’édition Des Femmes et ses librairies.

    De drames en psychodrames, le MLF devenue propriété commerciale, se réduira à une petite secte mais le sigle et les éditions serviront à l’ascension sociale et politique de la cheftaine dont nous racontions déjà le culte hystérique dans un article de Libération (« Visite au mausolée du MLF », 9 mars 1983) : « Sortant de cette exposition sur l’histoire du MLF on a l’impression d’avoir fait un court voyage dans la Corée du Nord de Kim-Il-Sung. »

    Antoinette Fouque fera une carrière politique en se faisant élire députée européenne sur la liste de Bernard Tapie sans qu’on voit très bien le lien entre cet homme d’affaires et l’émancipation des femmes. Elle deviendra ainsi vice-présidente de la commission des femmes à Strasbourg. Elle conseille les ministres spécialisées ès-femmes, elle parle partout au nom du MLF.

    Et maintenant, si on écoute les hommages qui répètent « A Antoinette Fouque, les Françaises reconnaissantes » on risquerait d’en oublier la vraie histoire, le courageux « Manifeste des 343 salopes » - du « star-system » dira une méprisante Fouque - la loi Veil sur l’avortement, les formidables travaux d’historiennes telles que Michelle Perrot, qui a reçu le prix Simone de Beauvoir, justement. Et toutes les lois sur la parité et l’égalité. Un oubli passager.

    Annette Lévy-Willard

    #historicisation #histoire #légende #grand_homme et là #grande_femme vu le contexte
    #psychépo #privatisation #mlf

    • Le mouvement féministe de la deuxième vague au sein du MLF est divisé en trois tendances principales. Le féminisme « lutte des classes », qui constitue l’une d’elles, est issu du marxisme. Il y a un féminisme marxiste qui trouve sa source d’inspiration dans l’ouvrage d’Engels, L’origine de la famille, de la propriété privée et de l’Etat. Selon ce dernier, l’inégalité sociale entre hommes et femmes prend son origine dans l’avènement de la propriété privée. Les femmes ne doivent donc pas lutter prioritairement pour leur émancipation, mais pour celle du prolétariat dans son ensemble. Une fois la révolution réalisée, les femmes également seront de fait libérées.

      Le second courant théorique qui travers le féminisme des années 1970 est le féminisme radical et, en particulier, radical matérialiste. Pour les féministes radicales, les femmes doivent chercher à lutter et à s’allier principalement entre femmes, qu’elles soient bourgeoises ou ouvrières, plutôt que sur la base d’une classe économique où elles se retrouveraient avec des hommes qui ne tiendraient pas compte de leurs problèmes spécifiques. Les féministes radicales matérialistes considèrent plus particulièrement que les femmes sont victimes d’une exploitation de leur travail dans les tâches ménagères et l’éducation des enfants : ce sont des tâches qu’elles effectuent gratuitement. Parmi les théoriciennes de ce courant, on peut citer Christine Delphy.

      Le troisième courant est aussi un courant féministe radical, mais différentialiste. Ce courant insiste sur la différence naturelle qui existerait entre les hommes et les femmes. Pour ces féministes, les femmes doivent revendiquer la reconnaissance de leur spécificité. Ce courant est porté en particulier dans les années 1970 par Antoinette Fouque sous le nom de Psychanalyse et politique (abrégé : psyché-po). Dans les années 1980, ce courant, influencé par la psychanalyse et le travail de Jacques Derrida, devient dominant aussi bien en France qu’aux Etats-Unis sous le nom de French feminism. Des personnalités telles que Julia Kristeva, Helene Cixous ou Sylviane Agazinski peuvent, dans des registres différents, y être rattachées.

      C’est contre le différentialisme de la French feminism qu’un courant théorique qui a eu une importance non négligeable sur la troisième vague (actuelle) du féminisme se constitue à la fin des années 1980. Il s’agit de la théorie queer. Sa représentante la plus connue est Judith Butler dont l’ouvrage Trouble dans le genre est publié aux Etats Unis en 1990. La théorie queer critique la thèse de l’identité féminine du courant différentialiste. En distinguant le sexe biologique et le genre, construction sociale, les théoriciennes du queer défendent la thèse selon laquelle les identités ne sont pas naturelles, mais sont des constructions sociales qui peuvent être déconstruites par les individus, en les jouant dans des « performances ». D’où l’importance dans la théorie queer de la figure du travestissement : l’identité biologique et l’identité sociale d’un individu peuvent ne pas coïncider. Certaines femmes sont considérées comme masculines, certains hommes comme efféminés, certaines personnes sont homosexuelles ou bisexuelles. Les identités de femmes ou d’hommes sont plus complexes dans les faits que ce qu’entendent nous imposer les normes sociales.

      https://iresmo.jimdo.com/2011/12/11/histoire-th%C3%A9ories-et-actualit%C3%A9-du-mouvement-f%C3%A9ministe

    • peut etre d’autres infos là dessus ici :
      Controverses et anathèmes au sein du féminisme français des années 1970
      https://www.cairn.info/revue-cahiers-du-genre-2005-2-page-13.html
      mais je l’ai pas encore lu

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      Marcel Duchamp et Elsa von Freytag-Loringhoven

      Ca serait Elsa von Freytag-Loringhoven qui a fait l’urinoir faussement attribué à Duchamp. Duchamp qui se déguisait en femme (Rrose Selavy) pour montrer que les femmes sont favorisées dans le milieu artistique... Et qu’on présente parfois comme un artiste féministe... Je pense que DSK sera probablement présenté un jour comme un économiste féministe.

      https://fr.wikipedia.org/wiki/Elsa_von_Freytag-Loringhoven

      La controverse de l’œuvre "Fountain" (1917)

      Certaines sources tendent à démontrer que la baronne serait l’auteure de l’oeuvre d’art "Fountain", attribuée à Marcel Duchamp2,3.

      Duchamp a toujours maintenu qu’il avait acheté l’urinoir du magasin J. L. Mott à New-York. Or, ce magasin ne vendait pas ce modèle particulier d’urinoir. En outre, le 11 avril 1917, soit deux jours après le rejet de l’œuvre, Duchamp écrivit à sa sœur Suzanne Duchamp, à l’époque infirmière de guerre à Paris, que l’une de ses amies avait envoyé un urinoir en guise de sculpture et sous le nom de R. Mutt :

      Raconte ce détail à la famille : les indépendants sont ouverts ici avec gros succès. Une de mes amies sous un pseudonyme masculin, Richard Mutt, avait envoyé une pissotière en porcelaine comme sculpture. Ce n’était pas du tout indécent, aucune raison pour la refuser. Le comité a décidé de refuser d’exposer cette chose. J’ai donné ma démission et c’est un potin qui aura sa valeur dans New York. J’avais envie de faire une exposition spéciale des refusés aux Indépendants. Mais ce serait un pléonasme ! Et la pissotière aurait été « lonely ». à bientôt affect. Marcel4

      Marcel Duchamp n’avait aucune raison de faire référence à une "amie" s’il avait été l’auteur de l’oeuvre. Par ailleurs, le fait que Duchamp parle de sculpture est déjà en soi révélateur, puisque depuis 1913, Duchamp avait cessé de produire de l’art sous l’impulsion du travail de Raymond Roussel, mais produisait déjà des "readymade", destinés à être lus, et non pas vus. Le contenu explosif de cette lettre ne fut rendu public qu’en 1983 lors de sa publication dans la revue "Archives of American art journal"5.

      Elsa aurait explosé de fureur lorsque les États-Unis déclarèrent la guerre à l’Allemagne, son pays natal. Sa cible de revanche aurait été la Société des Artistes Indépendants dont les représentants l’avaient toujours considérée avec froideur. Julian Spalding et Glyn Thompson pensent qu’Elsa aurait soumis un urinoir mis à l’envers et signé de "R. Mutt" dans une écriture que l’artiste utilisait souvent pour ses poèmes.

      La signature "R. Mutt" aurait alors été pour l’artiste un jeu de mots : en allemand, ce nom pouvait se lire comme le terme "armut", pauvreté, ou pauvreté intellectuelle dans certains contextes. La submission d’Elsa fut donc une double attaque : d’un côté elle démontrait l’inhabilité de la Société des artistes indépendants de distinguer un objet quotidien d’une œuvre d’art s’ils acceptaient l’œuvre, mais d’un autre côté, s’ils la refusaient, ils auraient renié leur définition de l’art qui, selon eux, devait être laissée à l’appréciation de l’artiste.

      voire aussi :
      https://www.independent.co.uk/arts-entertainment/art/features/was-marcel-duchamps-fountain-actually-created-by-a-long-forgotten-pio

      et aussi
      https://www.artsy.net/article/artsy-editorial-elsa-von-freytag-loringhoven-dada-baroness-invented-readymade

      On a regular day, Baroness Elsa von Freytag-Loringhoven
      wore brightly colored makeup, postage stamps on each cheek, and a shaved head shellacked in various hues. Her accoutrements also included live birds, packs of dogs, a tomato-can bra, arms full of bangles, and flashing lights. Her unconventionally forthright poetry and rugged found-object sculptures—often incorporated into her outfits—erased unsettling social hierarchy and accepted gender norms, and distinctions between art and life. The Baroness was a dynamo in New York’s literary and art scene at the turn of the century, part of the Arensberg Salon group that included Marcel Duchamp
      , Man Ray
      , Beatrice Wood
      , Francis Picabia
      , Mina Loy, and many others. She combined sculpture, fashion, poetry, and performance to embody an anti-bourgeois lifestyle driven by passion and an emotional reactivity to her surroundings.
      Born Else Hildegard Plötz in Germany in 1874, she ran away to the vaudeville theaters of Berlin as a teenager, and before long, she was part of the inner circle of Munich’s Art Nouveau
      movement. Following several sexual flings that took her across Italy, she helped her second husband fake his own death and start a new life on a Kentucky farm. After they parted ways, she traveled through Virginia and Ohio before arriving in New York, where she briefly married an impoverished Baron and took on his title. The Baroness became a downtown Manhattan legend, known as much for her dazzling costumes and aggressive seduction techniques as for her visceral sculptures and witty poetry. Most importantly, she invented the readymade—a sculpture pulled directly from the materials of daily life, radical in its implications that art can be anything.
      The Baroness’s sculptures were more than banal objects—they indicated the artist as an invigorating force of otherwise overlooked material. The painter George Biddle
      wrote of a visit to her 14th Street studio: “It was crowded and reeking with strange relics, which she had purloined over a period of years from the New York gutters. Old bits of ironware, automobile tires, gilded vegetables, a dozen starved dogs, celluloid paintings, ash cans, every conceivable horror, which to her tortured yet highly sensitized perception, became objects of formal beauty.”
      Fountain
      Marcel Duchamp
      Fountain, 1917/1964
      San Francisco Museum of Modern Art (SFMOMA)
      Sometimes worn or affixed to garments, the Baroness’s object-sculptures were always resourceful, full of character, and totally absurd. In a letter to artist Sarah Freedman McPherson, Freytag-Loringhoven wrote: “Sarah, if you find a tin can on the street stand by it until a truck runs over it. Then bring it to me.” Her first readymade work was a heavily rusted metal ring, Enduring Ornament (1913), named as a work of art a year before Duchamp created his first readymade, Bottle Rack (1914), though he coined the now-famous term.
      The most scandalous theory that surrounds the Baroness is that she is an uncredited collaborator with Duchamp on his famous Fountain (1917), a urinal signed “R. Mutt” that was first exhibited at the 1917 Society of Independent Artists’ Salon in New York. Irene Gammel puts forth a convincing argument of the Baroness’s influence on Duchamp’s artwork in her outstanding 2002 biography Baroness Elsa. Duchamp must have conspired with others to be able to contribute Fountain to the salon anonymously, and the Baroness was close friends with him, though he had refused her advances.
      A 1917 letter from Marcel to his sister, the painter Suzanne Duchamp
      , reads: “One of my female friends under a masculine pseudonym Richard Mutt sent in a porcelain urinal as a sculpture. It was not at all indecent—no reason for refusing it. The committee has decided to refuse to show this thing.” An account from Alfred Stieglitz
      corroborates that it was a woman who was responsible for bringing a large porcelain urinal on a pedestal to the salon. Stieglitz may have been referring to Duchamp’s female alter ego Rrose Sélavy; even so, she was likely modeled after the Baroness.
      The urinal is consistent with the Baroness’s choice of sexual, bawdy, or otherwise “unseemly” subject matter in her other works. Contemporary newspaper accounts reported that Richard Mutt was from Philadelphia, where the Baroness was living in 1917. Although Duchamp stated that he purchased the urinal from J.L. Mott Iron Works, a plumbing store on 5th Avenue, the specific model has never been found in its catalogues from that time period. The sculpture itself disappeared shortly after the exhibition, and the first reproduction of Fountain wasn’t created until 1950, long after the Baroness’s death in 1927.
      Baroness Elsa von Freytag-Loringhoven, Affectionate (Wheels are Growing), 1921-22. Courtesy of Francis M. Naumann Fine Art, New York.

      Baroness Elsa von Freytag-Loringhoven, Affectionate (Wheels are Growing), 1921-22. Courtesy of Francis M. Naumann Fine Art, New York.
      Yet she never claimed authorship of Fountain, and she was not known for holding back, especially near the end of her life. In bitter destitution, Freytag-Loringhoven begged and threatened her more successful colleagues, publicly thrashing those she felt had wronged her. She caricatured “Marcel Dushit,” among others, in the poem “Graveyard Surrounding Nunnery,” accompanied by a drawing of intertwined phalluses among the tombstones.
      The lasting body of her work is her poetry, published by Margaret Anderson and Jane Heap in The Little Review. The Baroness was the perfect figurehead for the literary magazine’s slogan: “Making No Compromise with the Public Taste.” Her audacious writing broke new ground formally; its fractured punctuation and cantatory sound elements rival the sound poem “Karawane” (1916), a landmark Dada
      work by Hugo Ball. Although her vocabulary is sometimes nonsensical, Freytag-Loringhoven’s work is also steeped in lyricism. In a proto-Beat style, she wrote about sex, death, machinery, and America.
      Her poems appeared side-by-side with James Joyce’s Ulysses, which was serialized in The Little Review. The May 1919 issue included his chapter “Scylla and Charybdis” and her poem “King Adam,” the latter of which offers a thinly veiled invocation of cunnilingus: “Kiss me…upon the gleaming hill.” An asterisk cheekily adds: “donated to the censor.” A 1921 obscenity trial banned the distribution of Joyce’s work in the United States. Few in New York’s avant-garde echoed the Baroness’s vocal defense of his work, yet her edgy texts seemed to intensify the call for censorship against them both.
      Claude McRay (i.e., McKay) and Baroness von Freytag-Loringhoven, before 1928. Courtesy of the Library of Congress.

      Claude McRay (i.e., McKay) and Baroness von Freytag-Loringhoven, before 1928. Courtesy of the Library of Congress.
      Baroness Elsa von Freytag-Loringhoven, Facing, 1924. Courtesy of Francis M. Naumann Fine Art, New York.

      Baroness Elsa von Freytag-Loringhoven, Facing, 1924. Courtesy of Francis M. Naumann Fine Art, New York.
      Elsa von Freytag-Loringhoven lived to defy the law. Because she never monetized her art, she lived her entire life in extreme poverty, and was arrested frequently for shoplifting. Although Anderson observed in her autobiography that she “leaped from patrol wagons with such agility that policemen let her go in admiration,” she did numerous stints in jail for stealing—and for wearing men’s clothing in public—among other charges.
      Ever the renegade, her lack of financial success and canonization is in part due to her disregard for finalizing her objects as art. She worked against this binary to infuse art into daily life, often in collaboration with those around her. Sadly, it seems that much of the Baroness’s non-written work was not documented or preserved due to her financial straits, and when it was, others sometimes took credit. Her most famous readymade sculpture, a twisting piece of rusted plumbing attached to a miter box, entitled GOD (1917), was long misattributed to Morton Livingston Schamberg
      , who had photographed it.
      On a broader level, Freytag-Loringhoven’s work could precipitate a feminist re-reading of Dada, the readymade, and the history of Conceptual art
      as we know it. In the 2000s, her work resurfaced with several international shows, Gammel’s biography, and a major anthology of her poetry, published in 2011. As Gammel writes, the Baroness’s erotic and embodied approach to art in everyday life was vital, chaotic, and fundamentally perishable. She was the living consequence of challenging the nature of art in society.
      In Apropos of Readymades, Duchamp’s 1961 statement about his sculpture, he writes: “The choice was based on a reaction of visual indifference with at the same time a total absence of good or bad taste…in fact a complete anaesthesia.” Freytag-Loringhoven’s definition of the readymade is the opposite: Where Marcel’s work is thoughtful, yet dry as a bone, Elsa’s is confident and deeply felt. In her readymade, there’s undeniable joy.
      Vanessa Thill

  • Devenir Rosie – Rosie la Riveteuse et la performativité du genre

    Comment une affiche diffusée pendant la guerre, représentant une ouvrière anonyme, a-t-elle pu devenir un symbole mondial de l’émancipation féminine ?

    En croisant l’histoire de Rosie la Riveteuse avec les théories de Judith Butler sur la performativité du genre, Devenir Rosie s’intéresse à la manière dont le tissu social a été redessiné après la Seconde Guerre mondiale


    #comédie_sociale #rituel #performance #répétition
    https://www.cambourakis.com/spip.php?article866
    #performativité #BD #livre (tout petit) #bande_dessinée #genre #féminisme #Judith_Butler

  • Un art de conteuse

    Cette conférence de Chimamanda Ngozi Adichie est aujourd’hui (enfin, a-t-on envie de dire) traduite en français sous le titre provocant de : Nous sommes tous des féministes – traduction à laquelle les éditions Gallimard ont eu la judicieuse idée d’adjoindre une très belle nouvelle de l’écrivaine, intitulée Marieuses.

    Le texte est évidemment tout sauf théorique et technique. Plus proche du ton des contes de Toni Morrison que du travail, sur un plan formel, de Judith Butler, il n’est pas, pour autant, anecdotique. Si Chimamanda Ngozi Adichie y décrit à merveille les interactions hommes-femmes, c’est pour mieux faire apparaître, sous la surface de l’anecdote, les structures profondes de la domination masculine qui enserrent, étouffent autant les hommes que les femmes (ce que l’auteure nomme du beau et triste nom de « déterminisme du genre », d’une « injustice criante », ajoute-t-elle aussitôt).

    Si, comme dans L’Hibiscus pourpre, Chimamanda Ngozi Adichie dénonce bien évidemment toutes les formes de domination et de violence mutilantes qui pèsent sur les femmes (la violence conjugale, notamment), elle excelle plus encore à décrire les violences douces, symboliques, invisibles à force d’être évidentes et d’aller de soi.
    http://www.regards.fr/web/article/chimamanda-ngozi-adichie-feministe

  • Neve Gordon · The ‘New Anti-Semitism’ · LRB 4 January 2018
    https://www.lrb.co.uk/v40/n01/neve-gordon/the-new-anti-semitism

    Le « nouvel antisémitisme » c’est l’opposition à la #colonisation de la #Palestine.

    One idiosyncratic but telling instance of the ‘new anti-Semitism’ took place in 2005 during Israel’s withdrawal from Gaza. When soldiers came to evacuate the eight thousand Jewish settlers who lived in the region, some of the settlers protested by wearing yellow stars and insisting they would not ‘go like sheep to the slaughter’. Shaul Magid, the chair of Jewish Studies at Indiana University, points out that by doing so, the settlers cast the Israeli government and the Israeli military as anti-Semitic. In their eyes, the government and soldiers deserved to be called anti-Semites not because they hate Jews, but because they were implementing an anti-Zionist policy, undermining the project of settling the so-called greater Israel. This representation of decolonialisation as anti-Semitic is the key to a proper understanding of what is at stake when people are accused of the ‘new anti-Semitism’. When the professor from Haifa University branded me an anti-Semite, I wasn’t his real target. People like me are attacked on a regular basis, but we are considered human shields by the ‘new anti-Semitism’ machine. Its real target is the Palestinians.

    [...]

    In this way, Judith Butler has observed, ‘a passion for #justice’ is ‘renamed as anti-Semitism’.

  • Brazil : ’Take your ideologies to hell’ - #Judith_Butler haters burn effigy outside Sao Paulo seminar

    US philosopher and gender theorist Judith Butler attracted scores of protesters to the Social Service of Commerce (SESC) Pompeia in Sao Paulo when she gave a seminar on democracy on Tuesday. Conservative protesters burnt an effigy of Butler before stamping on the charred remains. Angry demonstrators waved Bibles and Crosses denouncing the work of Butler as “ideology.” A small counter protest was present. Judith Butler is a renown philosopher whose work has influenced third-wave Queer theory and feminist thought.

    https://www.youtube.com/watch?v=dhlDqBM9vYU&app=desktop

    Avec ce commentaire, publié sur FB par @isskein :

    Dans une université à São Paulo, un colloque parle démocratie avec entre autres Judith Butler. Dehors, les manifestants #anti-genre brûlent cette philosophe en effigie. Genre menaçant ? Genre menacé ! Haine de la démocratie sexuelle, haine de la #démocratie. 9/11/17

    #genrophobie (ça existe, ça ?) #Brésil #manifestation #it_has_begun #obscurantisme #féminisme #genre #études_genre
    cc @reka @fil

  • Les marqueurs grammaticaux sont des marqueurs de pouvoir : grammaire de l’interpellation – Période
    http://revueperiode.net/les-marqueurs-grammaticaux-sont-des-marqueurs-de-pouvoir-grammaire-de-

    Prolongeant ses études sur le langage d’un point de vue marxiste, Jean-Jacques Lecercle propose ici d’approfondir la théorie de l’interpellation. À partir d’Althusser et de son célèbre article sur les appareils idéologiques d’État, le concept d’interpellation popularisé par Judith Butler est censé décrire la façon dont l’idéologie fait de nous des sujets parlants, des sujets situés dans le social et positionnés dans le discours comme sujets d’énonciation. Pour Lecercle, l’interpellation, le fait d’être désigné par la langue parlée ou écrite, suppose une grammaire de l’oppression et de la résistance, une dialectique sémantique et syntaxique qui articule la soumission à l’ordre établi, les formes de reconnaissance sociale et les expressions d’une négation de l’ordre établi. Lecercle conclut cette exposition magistrale par une théorie du style comme jeu incessant d’interpellation et de contre-interpellation. « Le style, c’est la lutte des classes dans la grammaire. »

  • L’écriture inclusive, ça marchera jamais (et tant mieux) | Slate.fr
    http://www.slate.fr/story/152102/ecriture-inclusive-marchera-jamais

    Alors qu’on s’écarte, j’ai une confession à faire. Il s’avère que je suis féministe –je suis persuadée qu’il vaut mieux vivre dans une société où les femmes et les hommes ont des droits égaux et je suis disposée à me battre pour pouvoir vivre dans une telle société et offrir au maximum de monde cette possibilité–, mais aussi assez fermement opposée à l’écriture inclusive. Comment se fait-ce ? Parce que je suis par ailleurs pragmatique et sais que les ambitions de l’écriture inclusive –être « un premier pas dans la lutte contre les inégalités », un « levier puissant pour faire progresser les mentalités [et] faire avancer l’égalité entre les femmes et les hommes »– ont toutes les chances de ne jamais se réaliser, vu qu’elle inverse le lien généalogique entre langage et représentations socio-culturelles.

    Les secondes ne sont pas engendrées par le premier. Le langage n’est pas une baguette magique qui façonne le monde à sa guise –et à celle de provisoires « dominants »–, mais un outil d’encodage, de description et de retranscription d’un réel qui lui préexiste. Un travail qui s’effectue depuis plusieurs milliers voire millions d’années dans le cadre (alias les limites) de notre « nature humaine », avec ses structures mentales universelles désormais bien connues.

    La première erreur que commettent les partisans de l’écriture inclusive, c’est de croire à la performativité du langage, telle que l’ont théorisée des personnes comme Judith Butler sur la base d’une lecture fallacieuse de John Langshaw Austin. Un tour de passe-passe qui aura transformé les actes de langage que sont les énoncés performatifs –toutes les formules faisant fonction d’action dans des circonstances précises, comme le « je vous déclare mari et femme » du bureaucrate en charge de vos épousailles– en langage agissant et détenteur de facultés littéralement thaumaturgiques. Une théorie trop super cool, si elle pouvait compter sur un ou deux faits objectifs susceptibles de la soutenir.

    Malgré la fabuleuse diversité « structurelle » des langues de par le monde, toutes les cultures assignent en tendance et spontanément les mêmes caractéristiques psychologiques à leurs hommes et à leurs femmes –les fameux « stéréotypes genrés »

    L’autre marigot épistémique dans lequel patauge joyeusement l’écriture inclusive a pour nom le déterminisme linguistique. L’hypothèse de Sapir-Whorf en est le spécimen le plus célèbre et toujours le plus redoutablement nuisible, qu’importe que sa réfutation soit pliée depuis une bonne quarantaine d’années, comme a pu notamment le démontrer en long et en large le psycholinguiste Steven Pinker dans son ouvrage L’Instinct du langage, publié aux États-Unis en 1994 et traduit en français en 1999.
    Le langage façonne le monde ?

    Le nœud théorique du déterminisme linguistique est le suivant : nos pensées sont déterminées par des catégories façonnées par notre langue et, dès lors, les multiples spécificités langagières présentes sur notre chic planète accouchent de modes de penser spécifiques chez leurs différents locuteurs.

    Il y a plein de choses intéressantes sur le langage dans ce texte. Mais il s’attaque aux intégristes de l’écriture inclusive. C’est toujours plus facile que de rechercher les divers usages de ce type d’écriture. Pour ma part, j’en fait un usage pour appuyer certains éléments dans lesquels l’absence de marqueur de genre serait une priorité au genre masculin. Pour le reste, on s’en passe très bien. Dans mon usage (modéré et consensuel ;-) l’écriture inclusive a un rôle pour souligner quelque chose sans avoir à y mettre des parenthèses insistantes ou des notes de bas de page. À ce titre, elle m’apparaît semblable à l’usage des emoticones : une manière de souligner, de dire en passant quelque chose que la voix ou le comportement pourraient très bien faire passer en situation orale. Bien évidemment, je n’ose imaginer un roman entier en écriture inclusive.

    #Féminisme #Ecriture_inclusive #Langage #Austin #Ecrit

    • On est quand même en train de parler de #Peggy_Sastre là hein, une personne dont la pensée est démontrée anti-féministe depuis des années, tout en se revendiquant elle-même féministe en permanence. Suivre le lien du tag, plétore de critique de sa pensée ici sur Seenthis.

      Quant à l’argument principal sur la performativité :

      1) Il ne s’agit pas forcément de performativité sur les gens une fois adulte, il s’agit d’éducation : si depuis tout petit on t’apprend par divers moyen (dont la langue) que les femmes sont inférieures voire invisibles, bah oui, ça t’inculque une vision du monde.

      2) Et on peut aussi se dire qu’il ne s’agit pas du tout de performativité mais que c’est justement l’inverse : une part plus importante (bien que toujours trop faible) de notre population est éduquée à plus d’égalité DONC notre langue change petit à petit. Et là pour le coup son postulat peut être vrai, sauf qu’elle a faux. On serait bien dans un cas où la langue change parce que le réel change (un peu).

    • Merci @Rastapopoulos Je ne connaissais pas Peggy Sastre. Le débat sur la langue est toujours très intéressant, mais souvent un mélange d’idéologies (en fait on ne sait pas trop comment ça marche, donc chacun peut y fantasmer des pouvoirs, notamment la quesiton de la performativité, voir Marcuse, « L’homme unidimensionnel » pour une véritable réfutation des thèses de Austin et de la philosophie analytique) et de refus de considérer la langue comme l’expression de pouvoirs (masculins, blancs, éduqués,... cf. « Ce que parler veut dire » de Bourdieu).
      La phrase de Christine Angot contre Sandrine Rousseau est terrible à ce titre « Ecrivaine, je ne sais pas ce que ça veut dire. Ecrivain, on voit bien que mon métier c’est d’écrire » (citation pas exacte, de mémoire). Tout est là : le poids de l’habitude, l’incapacité à assumer l’égalité quand il y a deux mots, la référence masculine issue du passée (on voit bien quelle représentation y est associée...). L’incapacité à penser le nouveau dans une langue nouvelle, ou plutôt en l’occurence dans du vocabulaire nouveau, car la langue change assez peu. Le style... on verra ça avec le livre de Philippe de Jonckheere.

    • @hlc Je ne sais pas trop encore. Il me semble qu’on doit pouvoir s’en sortir sans abimer la lecture. Je te donne un exemple, une expression comme « les uns et les autres » devient « les unes et les autres ». Et on doit pouvoir faire aussi des trucs qui ne sont pas grammaticalement corrects mais qui se lisent et se comprennent bien, que tout un chacune et tout une chacun puvent comprendre. Mais c’est pas pour tout de suite. Je travaille sur tout à fait autre chose en ce moment et cela risque justement de prendre un bon moment.

    • @hlc @philippe_de_jonckheere je crois qu’on a tout à fait le droit (au sens humain du terme) d’être très inventif en ce qui concerne la langue et l’écriture (cf. en son temps le superbe « Saperlot » de Gildas Bourdais...) et personnellement, je crois que je m’en tape complètement des règles rétrogrades de l’académie française.

    • Pour l’idée d’un roman en écriture inclusive, neutre ou féministe, j’imagine facilement plusieurs circonstances dans lesquelles ca serait potentiellement interessant du point de vue littéraire :
      Des romans dont lea protagoniste est neutre-ou dont le genre n’est pas connu dela lecteurice.
      Des romans oulipo qui se jouent de cette contrainte.
      Des romans de sf qui se passent dans des univers dégenrés, neutres, asexués, féministes, trans ...
      Plein de romans que j’imagine pas encore mais ca fait deja pas mal.

    • Il y a plein de choses intéressantes sur le langage dans ce texte. Mais il s’attaque aux intégristes de l’écriture inclusive.

      Le débat sur la langue est toujours très intéressant, mais souvent un mélange d’idéologies (en fait on ne sait pas trop comment ça marche, donc chacun peut y fantasmer des pouvoirs, notamment la quesiton de la performativité, voir Marcuse, « L’homme unidimensionnel » pour une véritable réfutation des thèses de Austin et de la philosophie analytique) et de refus de considérer la langue comme l’expression de pouvoirs (masculins, blancs, éduqués,... cf. « Ce que parler veut dire » de Bourdieu).

      Pour avoir bien souffert de l’intégrisme orthographique français et de l’inculcation de la règle « le masculin l’emporte » je trouve que c’est un peu raide de parlé d’intégrisme pour les personnes qui cherchent une écriture inclusive.

      La langue est idéologique que ca sois pour les défenseureuses de la raideur traditionaliste du bon Français ou les chercheureuses qui veulent une langue vivante sorti des cadres de l’institution patriarcale (académie, école, médias...).

      Donner des noms aux choses, aux gens, aux groupes, aux idées ca leur donne une consistance particulière. Si tu n’avais pas de nom, tu existerait quant même physiquement mais collectivement socialement tu serais invisible, inopérant, exclue, diminué. Si je changeait ton nom pour un mot avec une connotation négative, ca te ferais probablement quelque chose. Si tout le monde se mettais à t’appeler avec des mots négatif ca aurais un impacte sur ta vie, ta psychologie, ta santé... En français les mots pour parlé des femmes ont une connotation négative, souvent sexuelle et il se trouve que ca fait des choses aux femmes, ca impacte sur leurs vies, leurs psychologie, leur santé. Le fait qu’en français l’usage du féminin servent à l’aggravation dans l’insulte, ou à la dévalorisation ne veux pas dire que les femmes françaises sont en soi des inférieurs, mais le langage aide à les rendre inférieur. Le langage ne fait pas tout. Rien ne fait tout, avoir une réponse unique à un pbl et croire que les pbl n’ont qu’une seule origine est très simpliste. Le langage fait sa part dans la société et dans sa hiérarchisation qui n’est pas négligeable.

      Perso je vais plus loin que la simple neutralisation grammatical, je pense que le vocabulaire doit être enrichie de mots qui renversent les normes. Cf : https://seenthis.net/messages/603843

      ps - par rapport à la notion d’intégrisme. C’est vrai que l’égalité est un notion intégrale. On peu pas être un peu pour l’égalité mais pas trop, ou égalitaire à 0,66%
      Si tu est pour l’égalité je voie pas comment tu t’accommode d’un langage qui affirme que le masculin l’emporte sur le féminin. Et là je parle que du genre, mais la langue française est aussi raciste, validiste, agiste, classiste...

      Le fait qu’il y ai tant de crispations conservatrices sur ce sujet montre qu’il est important. Si c’etait sans importance personne n’en parlerait et on en aurais rien à faire que ca sois neutre, féminin, ou pas la langue française. Or ce matin il y a un papier là dessus sur le monde et le sujet soulève beaucoup d’intérêt de la part des hommes qui ont en plus l’hypocrisie de dire que c’est un sujet sans importance...

  • Judith Butler : « Un populisme de gauche doit conduire à une démocratie radicale »

    La philosophe américaine connue pour ses travaux sur les questions de genre estime que le nouveau président, Donald Trump, n’est en aucun cas légitime à représenter le peuple. Elle appelle les individus à se rassembler pour défendre le droit à une vie « vivable » pour chacun.

    Ce qui semblait encore irréel pour nombre d’intellectuels de gauche américains est advenu : depuis vendredi, Donald Trump est le 45e président des Etats-Unis. Hasard éditorial, le dernier livre traduit en français de la philosophe américaine Judith Butler est sorti au moment même où Trump remportait l’élection. Comme une adresse à un candidat qui a fait campagne sur la division et l’exclusion, le titre du livre de l’une des plus grandes théoriciennes du genre , professeure à Berkeley, est une forme de résistance. Rassemblement décrit un monde où la force des corps rassemblés sur une place en Egypte, en France ou aux Etats-Unis, sort de l’invisibilité tous ceux dont les droits fondamentaux (nourriture, toit, liberté de mouvement, protection contre la violence) ne sont pas respectés. Garantir une « vie vivable » doit être un des buts de toute démocratie, affirme Judith Butler qui appelle à la fondation d’un « nouveau socialisme » version américaine.

    Comment l’Amérique en est-elle arrivée là ?

    L’élection de Trump est le fait de causes multiples. Et, d’une manière générale, il ne faut jamais se contenter d’une seule explication. Si nous disons que ce sont des hommes blancs économiquement défavorisés qui ont voté pour Trump, et que nous nous focalisons sur la cause de leur marginalisation économique, nous oublions que le racisme existe depuis longtemps aux Etats-Unis, et que ce que nous pourrions qualifier de « colère économique » s’est conjugué à la haine raciale pour aboutir à une telle situation. La misogynie n’est pas en reste non plus, ainsi que la destinée symbolique de la masculinité. La peur du « terrorisme » et le désir de « sécurité » sont également présents aux Etats-Unis, comme dans la plupart des pays d’Europe, et ils font le lit du fascisme : dans le délire utopiste qui l’a porté au pouvoir, Trump créera des emplois, rétablira la sécurité, réhabilitera la masculinité, subordonnera les femmes et rendra sa blancheur à l’Amérique. Mais n’oublions pas qu’il n’a recueilli que 23 % du suffrage populaire. Il n’est donc en aucun cas légitime pour représenter le peuple. Une minorité haineuse a accédé au pouvoir et provoque aujourd’hui une crise démocratique.

    Des intellectuels américains, notamment dans les universités, ont organisé une résistance à Trump ? En faites-vous partie ?

    Nous essayons de bâtir un « mouvement sanctuaire » dans les universités et nous demandons instamment aux autorités locales et des Etats fédérés de refuser d’obtempérer si des ordres d’expulsion de sans-papiers sont donnés. Nous devons immédiatement mobiliser le soutien de ces millions de sans-papiers qui vivent aux Etats-Unis et qui risquent d’être expulsés. Nous aurons fort à faire pendant longtemps, vu l’ampleur de la tâche. On peut aussi se demander s’il n’est pas temps qu’apparaisse un troisième parti aux Etats-Unis, un parti qui rassemblerait largement par-delà les origines ethniques et les classes, et qui incarne les idéaux d’une social-démocratie qui n’est pas régie par des valeurs néolibérales. Cela pourrait bien être un nouveau socialisme. Au fond, si nous avons un nouveau fascisme aux Etats-Unis, peut-être pouvons-nous aussi voir émerger, après la campagne de Sanders, un nouveau socialisme fondé sur un principe de démocratie radicale.

    Les populismes sont souvent expliqués sous l’angle identitaire et culturel : la peur de ne plus être soi, la peur de l’autre. Une question culturelle ou sociale ?

    Lorsque nous réfléchissons au trumpisme, le problème n’est pas celui de l’identité, mais de l’économie, de l’héritage persistant du racisme, du déchaînement contre les élites culturelles, du fossé béant entre ceux qui ont fait des études et les autres. Trump a libéré des rancœurs et des haines qui couvaient depuis longtemps. Si c’est un populisme de droite, c’est un populisme qui semble aujourd’hui conduire au fascisme. A mon avis, un populisme de gauche doit conduire à une démocratie radicale. En fait, le terme « populisme » revêt une signification très différente en France et qui n’est pas partagée par tous. Je comprends que, pour la majorité des gens, c’est un terme méprisable. Il est perçu comme l’expression politique d’une vague de sentiments irrationnels. Je ne pense pas qu’il soit considéré ainsi en Argentine, par exemple, où il incarne une manière d’exprimer la volonté du peuple.

    La plupart des théoriciens de la démocratie conviennent que la « volonté populaire » est une question complexe, mais les descriptions les plus intelligentes du populisme, telle que celle proposée par Ernesto Laclau, cherchent à comprendre comment des factions, des identités et des intérêts particuliers divers peuvent se lier les uns aux autres sans perdre leur spécificité.

    Pour Laclau, cet effort d’« articulation », d’une série de connexions entre diverses identités est l’objectif du populisme. Il ne s’agit pas d’une convergence fasciste vers une « volonté unique », ni de l’émergence d’un leader charismatique qui semble unifier le peuple. Bien sûr, il existe un populisme de droite et un populisme de gauche, et le populisme en lui-même ne constitue pas une posture politique complète. Les solidarités auxquelles il est possible de parvenir par le biais de divers modes de communication et de mobilisation doivent produire une majorité de gauche susceptible d’élire un gouvernement qui cherche à asseoir la démocratie tant dans sa forme que dans son contenu.

    Justement ces liens deviennent visibles lors de rassemblements de type Occupy ou de Nuit debout en France. Pourquoi est-ce si important politiquement que les corps se rassemblent ?

    La liberté de rassemblement suppose que les individus puissent se déplacer, se réunir et revendiquer ensemble quelque chose dans un espace public qui autorise mouvement, audibilité et visibilité. Nombre de ceux qui manifestent contre l’austérité apparaissent publiquement comme les corps touchés par cette politique économique catastrophique. Lorsque des gens se rassemblent pour s’opposer à des expulsions, ou lorsqu’ils réclament des soins de santé abordables ou le droit de passer d’un pays à un autre, ils attirent l’attention du public sur des besoins aussi essentiels qu’un toit, l’accès à la santé ou la liberté de mouvement.

    Les corps se rassemblent pour agir ensemble - jamais comme une unité parfaite, bien entendu - mais surtout pour dénoncer clairement l’organisation actuelle de la société qui prive les gens d’un logement, de nourriture et de soins, bref, de la possibilité même de mener une vie vivable. C’est pourquoi les mesures prises par l’Etat pour restreindre les manifestations et les rassemblements sont très dangereuses. Tout pays qui se veut démocratique doit préserver la liberté de réunion. Par exemple, la France ne doit pas normaliser l’état d’urgence. Si la suspension des libertés fondamentales est normalisée en tant que « nécessité », alors l’essence même de la démocratie disparaît.

    Dans un contexte de néolibéralisme, mais aussi de renforcement de l’obsession sécuritaire et de montée de la xénophobie, les droits fondamentaux - nourriture, toit, liberté de mouvement, protection contre la violence - ne seront plus assurés pour un nombre toujours plus grand de personnes, qu’elles soient en situation régulière ou non. Les mouvements sociaux de gauche qui reposent sur des rassemblements ont très souvent, mais pas toujours, des aspirations démocratiques : liberté d’expression, d’association et de réunion, mais aussi droit de vivre sans crainte, de bénéficier de conditions sociales essentielles et d’un cadre démocratique pour vivre.

    Garantir une « vie vivable » à chacun serait un des fondamentaux de la démocratie…

    Nombre d’entre nous vivons déjà une vie « discréditée », et l’on trouve une indignation légitime et encourageante chez tous les « discrédités ». Il s’agit de traduire l’indignation, dans la sphère politique, en un large appel à une démocratie inclusive et égalitaire. Lorsqu’il n’y a pas de vision démocratique pour les discrédités, la violence et la vengeance apparaissent comme la solution. A mon avis, nous ne pouvons pas vivre une vie vivable si nous ne commençons pas par établir les conditions communes de vivabilité. Pour moi, un engagement démocratique élémentaire doit viser cet objectif.

    L’être humain ne tient pas debout tout seul, dites-vous…

    Dans mon quartier, il y a beaucoup de sans-abri. Ils sont tributaires des services publics, et ces services ne cessent de voir leurs financements diminuer. Ils sont tributaires des institutions, comme nous tous. Lorsque nous perdons les conditions infrastructurelles élémentaires dont nous avons besoin pour survivre et subsister, notre vie est en danger, nous sombrons. Si une société est organisée de sorte qu’elle laisse les gens mourir plutôt que de leur fournir des services sociaux élémentaires, nous pouvons affirmer que quelque chose va terriblement mal dans cette société. Cela ne se résume pas seulement au fait que le sans-abri est vulnérable, et moi pas. On peut invoquer, en la détournant, l’expression populaire « passer à travers les mailles du filet » pour illustrer cela. En un certain sens, cette dépendance est universelle : les corps en général ont des besoins qui doivent être satisfaits pour qu’ils puissent continuer à vivre. Mais c’est aussi politique : lorsque les sociétés ne s’engagent pas à fournir les conditions de vivabilité, elles acceptent implicitement que certains ne vivront pas ou, s’ils parviennent tout de même à survivre, ce sera dans des conditions qui ne sont pas supportables, et ne devraient pas être acceptées.

    Par Cécile Daumas — 20 janvier 2017

    http://archive.wikiwix.com/cache/?url=http%3A%2F%2Fwww.liberation.fr%2Fdebats%2F2017%2F01%2F20%2Fjud

  • Il faut bousculer l’ordre établi
    http://www.inegalites.fr/spip.php?page=article&id_article=2215

    La première condition pour réduire les inégalités économiques et sociales réside dans la transformation de la classe politique puisque ce sont les députés et les sénateurs qui écrivent les lois. Or, les assemblées parlementaires « brillent » aujourd’hui par l’absence quasi totale des ouvriers et des employés qui constituent 52 % de la population active. Interdire le cumul des mandats et la professionnalisation en politique, créer un statut d’élu, permettraient à la politique de redevenir le bien commun de l’ensemble des citoyens. Rendre le vote obligatoire et comptabiliser les votes blancs dans les suffrages exprimés encourageraient les populations isolées à manifester explicitement leurs choix dans les urnes et, du même coup, relèveraient l’exigence des candidats à lutter concrètement en faveur de plus d’égalité.

    • Et à l’autre bout du spectre :

      DE LA MEDECINE GENERALE, seulement de la médecine générale : Un enfant médicalisé. Histoire de consultation 197.
      http://docteurdu16.blogspot.fr/2017/03/un-enfant-medicalise-histoire-de.html

      La maman : « Pourquoi avez-vous levé les yeux au ciel quand j’ai parlé de l’orthophoniste et du neurologue ? »
      Elle a raison : mon non verbal est dramatique.
      Moi : « Parce que je trouve qu’il est petit et qu’il faut prendre son temps. »
      La maman : « Il est intenable en classe. - Que fait-il ? - La maîtresse dit qu’il ne participe pas. Je vais vous donner un exemple, quand elle lit une histoire devant la classe il se lève, se promène et cela dérange tout le monde. »
      Hum.
      Moi : « Et à la maison ? Il écoute quand vous lui lisez une histoire ? - Oui. Le soir, et il s’endort après. Mais il est dur. Il nous épuise. - Est-ce qu’il était comme cela à la crèche ? - Non, il était sage, il ne bougeait pas (3). - Vous expliquez cela comment ? »
      La maman me regarde comme si j’étais un idiot absolu. Elle continue : « A la crèche les enfants jouent alors qu’à l’école on leur fait faire des exercices... Eh bien, B perturbe les exercices et surtout il ne les fait pas... »
      Je pense en moi-même : faire des exercices en petite section de maternelle n’est pas choquant mais cette formulation me choque quand même.
      Je pose une question sotte : « Il y a combien d’élèves dans la classe ? - Ils sont 32. » Cette fois je lève les yeux au ciel.
      (Je rappelle que cet enfant est scolarisé au Val Fourré, l’ex plus grande ZUP d’Europe (je ne sais qui l’a détrônée), en ZEP, et que 32 élèves de trois ans dans une petite section, c’est intenable. Ici, environ un tiers des enfants proviennent de familles où le français n’est pas la langue maternelle des parents et où le français ne leur a même pas été appris à la maison !). (4)

    • « Rendre le vote obligatoire » ! ? Donc, sous prétexte d’égalité, on casse la liberté individuelle ?
      Ce que j’aime dans toutes ces « nouvelles » propositions c’est qu’on a toujours le bâton, quel qu’il soit, d’où qu’il vienne, jamais il n’y a la possibilité de laisser les choses se faire, comme dans le logiciel libre, ou Nuit Debout.
      Les théoriciens sont toujours du même côté, seuls changent leurs carottes et leurs bâtons.
      Il faut lutter contre ça aussi, donc.
      Ca s’appelle du populisme, rien de plus.

    • Perline il faut voir le bon côté des choses : rendre le vote « obligatoire » généralisera la désobéissance civile :p

    • Abolir les privilèges

      Le savoir étant le véritable pilier du pouvoir, son accès doit être démocratisé dans une lutte acharnée contre l’échec scolaire. La connaissance de la société, notamment dans cette phase du système capitaliste particulièrement violente, est indispensable.

      L’école peut et doit donner à comprendre les processus sociaux qui conduisent aux inégalités d’autant plus que les membres de la classe dominante cherchent à tout prix à masquer les racines de leurs privilèges et de leurs rémunérations exorbitantes. Compte tenu du rôle essentiel des grandes écoles dans la reproduction des élites, leur suppression serait un acte symbolique de la plus haute importance car elle casserait un peu de leur entre-soi. Car l’impunité, et donc la récidive, dans la prédation des richesses et des pouvoirs à leur seul profit se construisent dans les cercles fermés de l’aristocratie de l’argent.

      Des mesures efficaces contre la ségrégation urbaine mettraient à mal un autre entre-soi, celui des beaux quartiers. La représentation systématique des salariés dans les conseils d’administration des grandes entreprises industrielles et bancaires malmènerait les petits arrangements entre camarades de classe. Pour tricher heureux, il faut en effet tricher cachés. L’abolition des secrets dont s’entourent les puissants, les secrets bancaire, fiscal ou des affaires est la condition pour maîtriser l’évasion fiscale qui prive l’État de près de 80 milliards d’euros chaque année, soit l’équivalent du déficit public de la France.

      Les inégalités creusent non seulement un fossé entre les membres de la classe dominante et ceux des classes populaires mais elles constituent, en plus, une arme pour l’asservissement de ces dernières. Le refus des plus riches de payer des impôts à la hauteur de leur fortune construit une dette que les salariés sont sommés de rembourser. C’est donc bien par des mesures concrètes prises simultanément dans les différents secteurs de l’activité économique et sociale qu’une classe politique profondément réformée pourra diminuer les inégalités en prenant en compte les relations qu’elles entretiennent les unes avec les autres. Des réformes à potentialité révolutionnaire.

      Michel Pinçon et Monique Pinçon-Charlot

    • @marielle Le populisme n’est ni de gauche ni de droite ! C’est une manière de faire, Evita Perron c’est OK ? Pepe grillo OK ? Le CID Unati, pas OK ?
      C’est comme si tu préférais le fascisme de gauche, en fustigeant le fascisme de droite, ou que tu soutenais les dictateurs de gauche, en fustigeant les dictateurs de droite.
      Ah ? Oups....

    • Alors que la campagne présidentielle entre dans la dernière ligne droite mais toujours sur fond d’affaires, Pierre Laurent, secrétaire national du PCF, appelle à se saisir du vote Mélenchon pour exiger un changement radical. Selon lui, rien n’est joué pour ce premier tour et il invite les électeurs à ne pas se laisser voler leur vote et à ne pas tomber dans le « piège » Macron face au réel danger FN.

      Pour des millions de Français, la peur de Le Pen fait du vote Macron un vote utile. Que leur dire ?

      Pierre Laurent. Cela fait un an que l’on construit un piège politique pour empêcher les Français de choisir une véritable politique de gauche. Le choix se réduirait à Mme Le Pen ou une version ou une autre des mêmes politiques libérales – soit la version ultraréactionnaire de Fillon, soit une version prétendument modernisée avec Macron. Mais nous avons déjà vu Macron à l’œuvre. Il a été l’inspirateur de la politique économique de François Hollande. Et aujourd’hui il veut poursuivre avec 60 milliards de dépenses publiques et 120 000 fonctionnaires en moins… Sa première visite internationale a été pour Angela Merkel pour l’assurer que la France, avec lui, poursuivrait dans la même voie. L’idée qu’on sera en meilleure position pour battre Mme Le Pen si le vote Macron est très élevé, quitte à faire descendre les votes de gauche, est une idée extrêmement dangereuse. Ne nous trompons pas d’adversaire. Pour porter le plus haut possible le vote Mélenchon, le danger, c’est le vote Macron, pas le vote pour Benoît Hamon, qui est d’ailleurs combattu par les tenants de la ligne sociale-libérale. Nous aurons demain à reconstruire avec tous les électeurs de gauche.

      Alors, comment contrer le danger FN ?

      Pierre Laurent. D’abord en combattant ses idées. J’ai publié un livre pour démonter l’imposture de son programme car j’en ai assez de la complaisance qui entoure le discours du FN. J’ai conscience que, pour combattre cette banalisation, il faut le faire avec des arguments précis, en démontant un discours qui s’emploie à maquiller ses véritables intentions. Prenons l’idée centrale du FN : il prétend qu’il créera un bouclier protecteur pour les travailleurs en constitutionnalisant la préférence nationale. Si cela arrivait, ce serait en vérité la fin du principe central d’égalité dans notre République, et son remplacement par un principe officiel de discrimination. Ce ne serait donc pas une protection mais une attaque contre tous les principes fondamentaux d’égalité. C’est l’ensemble des droits des travailleurs qui serait fragilisé. En créant des catégories de salariés sans droits, sans accès à la protection sociale, le FN institutionnaliserait sur le sol national le dumping social entre salariés aux droits différents. En vérité, Mme Le Pen passe son temps à diviser les Français en exonérant de toutes responsabilités la concentration des richesses financières dans les mains de quelques-uns.

      Humanité Dimanche Vendredi, 31 Mars, 2017

    • Mais bien sûr que oui qu’il existe un populisme de gauche et c’est celui que construit Jean-luc Mélenchon pour pouvoir faire face à l’ultra libéralisme, à l’imposteur Macron et au nationalisme de Lepen. @perline
      Je fais partie de ce peuple et j’en suis fière et j’appelle au dégagisme de la classe politique corrompue, à la création d’une constituante et de la VIème république.

      « Par et pour le peuple c’est ça la révolution citoyenne »

      Pour finir, je propose un tableau qui résume la situation. On peut dire que trois pôles se disputent l’hégémonie idéologique sur notre société. Le premier : « ma tribu d’abord, périssent les autres ! » C’est la règle brune. C’est l’extrême droite de Madame Le Pen qui domine ce bloc où l’on trouve aussi Dupont-Aignan et Asselineau. Le second c’est : « chacun pour soi, le marché pour tous ». C’est la règle d’or. Ici domine à cette heure la candidature d’Emmanuel Macron. Le troisième c’est le « tous ensemble ». C’est ce que fédère en majeure partie ma candidature. Entre ces blocs, d’inégale importance, les candidatures qui essaient de se positionner entre deux de ces pôles entrent dans une tension ingérable. Ainsi quand Fillon tâchait d’unir le tribalisme réactionnaire et le libéralisme économique ou bien quand le PS a voulu établir un pont entre le « chacun pour soi » libéral et le « tous ensemble ». On ne sait pas de quoi demain sera fait, mais on sait à cette heure ce qui se produit : une profonde et ample redistribution des adhésions entre ces trois groupes. Elle devient l’enjeu de l’élection. Elle fournit la base de trois programmes bien distincts. Et chaque jour qui passe, en dépit des remuements de l’écume des choses, le grand nombre se positionne progressivement à l’un ou l’autre de ces trois pôles.

      Jean-luc Mélenchon

      « La perception de la nature profondément antidémocratique des institutions françaises et européennes gagne les esprits. Mais la traduction en termes électoraux de cette conscience nouvelle risque d’être dévoyée par le piège d’un « vote utile » qui choisirait comme opposant à l’extrême droite un adorateur de la mondialisation. »

      Serge Halimi

    • Pour diminuer les inégalités et bousculer l’ordre établi : la sécurité sociale à 100% et la fusion avec les complémentaires santé

      L’idée n’est pas totalement nouvelle. En 2012, M. André Grimaldi, chef du service de diabétologie à l’hôpital de la Pitié-Salpêtrière à Paris, Frédéric Pierru, sociologue et politiste à Sciences Po, et M. Laurent Sédel, chirurgien hospitalier, expliquaient dans Le Monde diplomatique : « On peut, à terme, envisager la suppression complète des assurances-maladie complémentaires, avec un taux de prise en charge publique de 100 % . » Depuis, les difficultés se sont tellement accumulées que tous reconnaissent l’urgence de changer de braquet. Deux candidats préconisent cette solution : M. Jean-Luc Mélenchon, de la France insoumise — avec des nuances dans la mise en œuvre —, et M. Philippe Poutou, du Nouveau Parti anticapitaliste (NPA)

      Martine Bulard

      https://www.monde-diplomatique.fr/2017/04/BULARD/57417

    • Bien sûr qu’il existe un populisme de gauche ! Et il est aussi pourri que le populisme de droite.
      Je croyais que tu avais compris mais il semble que non.
      D’ailleurs, quel que soit l’adjonction qu’on lui fasse, un xxx isme est toujours un xxxisme, et droite ou gauche n’y change rien.
      Et d’ailleurs, je ne comprends pas du tout ce que vient faire là le texte que tu ajoutes.
      Je pense que tu es en grande confusion d’argument. Et que tu sautes sur tout ce que tu penses argumenter de ta croyance.
      On peut faire aussi bien pareil avec n’importe quel argument du FN, si on veut défendre le FN, sortir un texte sympathique, qui dit que le FN fait la proposition et hop le tour est joué !
      On comprend mieux pourquoi il n’y a aucune logique politique sensée dans la majorité de la population.

    • « Les tensions de notre société naissent dans le refus de voir la situation de domination des catégories aisées »
      http://www.slate.fr/story/141983/declassement-diplomes-inegalites

      Les diplômés ont-ils pris en otage le discours sur les inégalités au détriment des classes populaires ? C’est ce qu’explique Louis Maurin, directeur de l’Observatoire des inégalités.

      « Le diplôme est devenu une des protections majeures, qui sépare le monde des “stables” et celui des “flexibles”. »

      « Le discours sur la soi-disant précarisation en masse et les “intellos précaires”, est un discours de réassurance des diplômés. C’est une manière de s’approprier la crise, de se placer parmi ses victimes et d’occulter la valeur du diplôme. »

      « Les femmes touchent 10% de moins que les hommes à poste équivalent, tout le monde connaît ce chiffre. Mais les femmes ouvrières gagnent trois fois moins que les femmes cadres, cela ne pose aucun problème »

      Louis Maurin, directeur de l’Observatoire des Inégalités

    • Bien sûr qu’il existe un populisme de gauche ! Et il est aussi pourri que le populisme de droite.

      @perline

      Mais pas du tout, le peuple de Mélenchon est différent de celui de Lepen nationaliste et xénophobe.

      « Un populisme de gauche doit conduire à une démocratie radicale »

      Est ce que vous considérez que nous vivons dans une véritable démocratie. Moi je ne le pense pas et je n’ai aucun mépris pour le suffixe isme de populisme de gauche car je vous ferai remarquer qu’il existe aussi un souverainisme de gauche et pour cela je vous renvoie aux articles de Frédérique Lordon référencés sur Seenthis.

      Mais vous êtes libre de mépriser les gens du peuple [comme la majorité des personnes qui lisent et citent le Figaro ; ah ! oups !] dont je fais partie et de faire l’éloge de Macron l’homme du capital défenseur de l’individualisme et adorateur de la mondialisation.

      On comprend mieux pourquoi il n’y a aucune logique politique sensée dans la majorité de la population.

      Mais détrompez vous la majorité de la population a très bien compris les enjeux de la politique actuelle de la mondialisation heureuse et du capitalisme financier qui nous conduisent à un déni de démocratie et à la misère des peuples.

    • Judith Butler : « Un populisme de gauche doit conduire à une démocratie radicale »

      Lorsque nous réfléchissons au trumpisme, le problème n’est pas celui de l’identité, mais de l’économie, de l’héritage persistant du racisme, du déchaînement contre les élites culturelles, du fossé béant entre ceux qui ont fait des études et les autres. Trump a libéré des rancœurs et des haines qui couvaient depuis longtemps. Si c’est un populisme de droite, c’est un populisme qui semble aujourd’hui conduire au fascisme. A mon avis, un populisme de gauche doit conduire à une démocratie radicale. En fait, le terme « populisme » revêt une signification très différente en France et qui n’est pas partagée par tous. Je comprends que, pour la majorité des gens, c’est un terme méprisable. Il est perçu comme l’expression politique d’une vague de sentiments irrationnels. Je ne pense pas qu’il soit considéré ainsi en Argentine, par exemple, où il incarne une manière d’exprimer la volonté du peuple.

      La plupart des théoriciens de la démocratie conviennent que la « volonté populaire » est une question complexe, mais les descriptions les plus intelligentes du populisme, telle que celle proposée par Ernesto Laclau, cherchent à comprendre comment des factions, des identités et des intérêts particuliers divers peuvent se lier les uns aux autres sans perdre leur spécificité.

      Pour Laclau, cet effort d’« articulation », d’une série de connexions entre diverses identités est l’objectif du populisme. Il ne s’agit pas d’une convergence fasciste vers une « volonté unique », ni de l’émergence d’un leader charismatique qui semble unifier le peuple. Bien sûr, il existe un populisme de droite et un populisme de gauche, et le populisme en lui-même ne constitue pas une posture politique complète. Les solidarités auxquelles il est possible de parvenir par le biais de divers modes de communication et de mobilisation doivent produire une majorité de gauche susceptible d’élire un gouvernement qui cherche à asseoir la démocratie tant dans sa forme que dans son contenu.

      http://archive.wikiwix.com/cache/?url=http%3A%2F%2Fwww.liberation.fr%2Fdebats%2F2017%2F01%2F20%2Fjud

      L’appel à manifester de Judith Butler
      http://www.regards.fr/web/article/l-appel-a-manifester-de-judith-butler

      Rassemblement et volonté populaire

      Tout ceci nous oblige donc à reconsidérer ce que nous voulons dire par « peuple », ce à quoi nous pensons lorsque nous parlons de souveraineté populaire, de vote populaire, de mobilisations populaires. S’il est vrai qu’il existe une tension entre la forme politique de la démocratie et le principe de souveraineté populaire comme le montrent ces manifestations, il faut donc s’interroger sur la manière dont des expressions de la volonté populaire peuvent, et même doivent contester la forme existante, officielle de la démocratie – non pas, justement, au nom d’une forme réduite de la démocratie, mais pour, au contraire, la radicaliser, l’élargir.

      Le dernier livre de Judith Butler est ainsi pleinement politique. Son propos s’inscrit d’ailleurs d’emblée dans la perspective d’Ernesto Laclau et Chantal Mouffe. Il prend en effet en compte ce que Chantal Mouffe a appelé le « moment populiste ». Et donc, aussi, l’idée d’un populisme de gauche, ou progressiste, qui voit dans les manifestations populaires une possibilité de radicaliser la démocratie en la réinscrivant dans le sens d’une demande d’égalité et de justice sociale. C’est d’ailleurs à cette dimension de l’expression de la volonté populaire que s’attache en fait le livre de Judith Butler. Que se passe-t-il quand des corps s’assemblent, se rassemblent ? Qu’expriment-ils, que manifestent-t-ils ?

      #résistance #démocratie #La_force_du_peuple

    • @marielle Je ne réponds pas à ce genre de procès d’intention par quelqu’un qui se la pète, et qui se permet de décider d’où vient l’autre, ce qu’il pense et ce qu’il vote.
      Quelqu’un de méprisant et d’inculte, sans aucun respect pour l’autre.
      Minable.
      Très Mélenchon, très macho, très coq, très prétentieux.
      BYE

    • Je me demande, du coup, ce que ça leur fait, à la droite néo-réac et à l’extrême-droite xénophobe qui n’a pas de mots assez doux pour ce « peuple populiste », ce peuple qui dirait toujours la vérité contre les élites, ce peuple qui élit Trump, ce peuple qui brexite, ce peuple qui aimerait Le Pen, qui se vautrerait dans la panique identitaire, de se prendre un Poutou comme on se prend un missile tactique ?
      Un Poutou populiste, pour le coup, comme eux, mais un populiste cauchemardesque, un populiste avec une conscience de classe, une vraie conscience de classe velue et blindée, un Poutou qui capte le discours du tous pourris avec une légitimité en béton, un Poutou qui rappelle qu’il est le seul à être ouvrier et qui renvoie Fillon et Le Pen à ce qu’ils n’ont jamais cessé d’être : des aventuriers moyennement honnêtes, des bourgeois qui n’arrivent plus trop, tout à coup, à amuser le tapis avec le totalitarisme islamique ou ces salauds de bobos (même si les seconds sont les victimes du premier) et se retrouvent bien obligés de faire profil bas contre ce partageux qui met sous leurs yeux d’une part la contradiction entre leurs vertus publiques et leurs vices privés et d’autre part la vraie vie de ceux qui sont du mauvais côté des inégalités.
      Quand on joue avec les allumettes, un mauvais retour de vent, et c’est vous qui brûlez. C’est ce qui est arrivé à Fillon et Le Pen hier soir.
      Ils peuvent toujours appeler au secours Bouvet ou Zemmour, ou d’autres chiens de garde qui aiment les pauvres tant que les pauvres s’en prennent à l’Arabe, au pédé, aux avortées, (et surtout pas aux patrons), ils peuvent continuer de mal lire Orwell ou Pasolini. C’est pourtant eux, à la fin, qui se sont retrouvés tout seuls dans le noir et personne ne les a entendus crier.
      On ne votera probablement pas pour Poutou mais on lui doit, dans cette campagne, un pur moment de rock’and roll dialectique. Qu’il en soit remercié. Au nom du peuple, justement.

      http://feusurlequartiergeneral.blogspot.fr/2017/04/un-pur-moment-de-rock-and-roll.html
      https://seenthis.net/messages/586269 via davidzentao

    • Poutou (c’est mignon comme patronyme) s’est comporté comme le « fou du roi » à qui on autorise quelques libertés de paroles parce qu’il est « fou » donc « excusable ». Ça ne change rien au fond du problème. La cour a pu s’offusquer de son irrévérence. Sa candidature n’aura que l’effet de conforter le pouvoir dans son attitude de mépris de ses plus humbles sujets auxquels on aura fait remarquer en passant qu’ils ont bien de la chance de vivre « en démocratie » et de se divertir grâce aux spectacles qui leur sont offerts par les médias.

  • La Bibliothèque des femmes de Vancouver ouvre ses portes dans un contexte de réaction antiféministe | TRADFEM
    https://tradfem.wordpress.com/2017/02/12/la-bibliotheque-des-femmes-de-vancouver-ouvre-ses-portes-dans-un-

    La nouvelle Bibliothèque des #femmes de Vancouver a ouvert ses portes vendredi soir le 3 février 2017 dans un petit local du quartier Eastside. Des femmes de tous âges et de milieux variés venues y célébrer l’évènement et socialiser ont été surprises de s’y heurter à des manifestants et manifestantes qui non seulement les ont harcelées verbalement, mais ont tenté de les empêcher physiquement d’entrer dans l’immeuble.

    Une féministe engagée du quartier, Jindi Mehat, m’a dit être arrivée vers 21 h au local de la bibliothèque, au 1670, rue Franklin. Il y avait des gens debout devant la porte ; une bannière les identifiait comme « Trans Communist Cadre », et la situation était tendue, dit-elle. Mehat et une amie sont entrées à l’intérieur, pour découvrir que les choses étaient « pire encore » dans la bibliothèque.

    « J’ai entendu un homme clamer très fort : « J’aimerais bien qu’elles retirent des tablettes tous les livres écrits par des SWERF et des TERF* ». « J’ai trouvé vraiment choquant de l’entendre cracher ce genre de propos dans un espace féministe, parce qu’il s’agit d’expressions vraiment misogynes. »

    (* Les antiféministes qualifient respectivement de SWERF et de TERF les féministes qu’ils accusent d’exclure les prostituées et les trans.)

    #antiféminisme

  • « L’#identité n’est pas essentielle, nous sommes tous des passants » #Achille_Mbembe
    http://www.lemonde.fr/idees/article/2017/01/24/nuit-des-idees-achille-mbembe-l-identite-n-est-pas-essentielle_5068460_3232.

    Par ailleurs, le propre de l’humanité, c’est le fait que nous sommes appelés à vivre exposés les uns aux autres, et non enfermés dans des cultures et des identités. Mais tel est aussi le cours que prend désormais notre histoire avec d’autres espèces sur cette Terre. Vivre exposés les uns aux autres suppose de reconnaître qu’une part de qui nous sommes devenus trouve son origine dans ce que la philosophe Judith Butler appelle notre vulnérabilité. Celle-ci doit être vécue et entendue comme appel à tisser des #solidarités et non à se forger des ennemis.

    Pour fonctionner, le #racisme a besoin de la #fiction selon laquelle il y aurait des corps purs, des cultures pures, du sang pur. Or, il n’existe aucun corps humain qui soit pur, diaphane. En matière de corps, de religion, de culture ou de sang, le blanc n’existe tout simplement pas. Tous les corps sont gris ocre et obscurs. Et c’est ce qui fait d’eux des corps vivants et humains, et à ce titre poreux, ouverts sur ce qui les fait vivre, sur la chair du monde.

    Si au fondement de la #démocratie se trouve le principe de l’#égalité, alors il faut reconnaître qu’un certain seuil d’inégalité sociale met en péril l’idée même de la démocratie.

    Pour le reste, notre monde est un monde fini, qui a des limites et par conséquent n’est pas extensible à l’infini. Les humains n’en sont ni les seuls habitants ni les seuls ayants droit. Ils ne sauraient dès lors exercer sur ce monde une souveraineté illimitée. Cela étant, la véritable démocratie ne saurait être que celle des vivants dans leur ensemble.

    #culture #commun #monde

    • La banalité du mâle - Les mots sont importants (lmsi.net)
      http://lmsi.net/La-banalite-du-male

      Louis Althusser, philosophe à l’Ecole Normale Supérieure, assassine Hélène Legotien, sa femme, le 16 novembre 1980. Dans un article publié initialement dans Nouvelles Questions féministes en 2015, Francis Dupuis-Déri revient sur la thèse qui va s’imposer dans les débats publics, celle de la folie, à grands renforts de cautions intellectuelles empressées de disculper le tueur. Un des intérêt de cet article est de fournir les éléments factuels montrant, de façon implacable, la pertinence d’une autre grille de lecture, elle sociologique et féministe, qui donne à voir un meurtre finalement très banal.