Con La náusea de Jean Paul #Sartre me pasó lo que con El benefactor de Susan Sontag: imposible digerirlos.
Pensadora. Me rebelo ante la idea de que para crear saber en pleno siglo XXI sea menester estar adscrito a la Academia.
Con La náusea de Jean Paul #Sartre me pasó lo que con El benefactor de Susan Sontag: imposible digerirlos.