The Edible Wild Plants Table طاولة النباتات البرية

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  • En busca de los platos perdidos de la cocina palestina | El Comidista EL PAÍS
    https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2019/06/11/articulo/1560255130_664398.html

    Magnifique initiative pour la sauvegarde du patrimoine culinaire palestinien. Et mise en évidence sur un site « grand public » de gastronomie : inutile de dire que c’est totalement inimaginable en France où la cuisine du Moyen-Orient est bien souvent vendue en librairie par des auteur(e)s juifs/juives...

    ¿Qué ocurriría si te impidieran volver a comer tortilla de patatas? ¿Qué pasaría si otro país convenciera a todo el mundo de que el gazpacho les pertenece? ¿Y si el cocido fuera una historia que te contaron tus abuelos pero que tú jamás probaste? Probablemente nos pondríamos de acuerdo en que estaríamos perdiendo parte de nuestra identidad, esa parte del legado cultural que representa la cocina y que se conserva en recetarios, guisos e ingredientes particulares.

    Mirna Bamieh es una artista y cocinera palestina. Nacida en Jerusalén, en 1983, de pequeña pasaba mucho tiempo viendo cocinar a su madre. La madre, libanesa, preguntaba a la pequeña Mirna si aquello que estaba preparando le gustaba o si se le ocurría cómo mejorarlo… lo normal en una casa en la que se guisa. Pero aunque el amor por la comida se le inculcó desde muy joven, Mirna estudió Psicología y más tarde Bellas Artes y, a partir de 2009, dedicó su carrera al arte.

    Sin embargo, el runrún de la comida iba por dentro. “En 2016 hice una exposición en la que mostraba mi producción de los últimos dos años”, cuenta Mirna. Y sigue: “Toda mi obra era de estudio: vídeos, instalaciones… y en la mayoría usaba mi cuerpo para expresar lo que quería transmitir. Cuando vi todo mi trabajo reunido pensé que quería hacer algo nuevo, que ya era suficiente de mí misma. Así, que mi siguiente proyecto fue Potato Talks”.

    En Potato Talks un grupo de personas se sentaba a pelar patatas en una calle principal con un par de sillas vacías enfrente. Cuando un paseante se sentaba, el ‘pelador’ empezaba a contarle una historia personal. Se trataba de crear un contexto de intercambio –los paseantes también terminaban contando sus historias– alrededor de algo tan cotidiano como una patata.
    Potato talks o conversaciones alrededor de una patata. AYUNTAMIENTO DE RAMALLAH

    “Esa fue la semilla de Palestine Hosting Society”, afirma Mirna, “un proyecto que explora la comida tradicional en Palestina, especialmente la que está a punto de desaparecer”. Más allá de su importancia para sobrevivir, la comida refleja la historia y la identidad de un pueblo. Desde un punto de vista frívolo y superficial, esto ha quedado demostrado cuando un cocinero extranjero nos ha tocado la paella y Twitter se ha llenado de mensajes heridos y amenazantes, escritos por autores ofendidos en su orgullo culinario patrio.