Coronavirus | El covid19 aísla aún más a las personas migrantes en Ceuta y Melilla - El Salto

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  • El covid19 aísla aún más a las personas migrantes en #Ceuta y #Melilla

    Debido al aislamiento derivado del estado de alarma, las problemáticas habituales, como son la situación de los centros de estancia temporal de inmigrantes o la de los niños y adolescentes que viven solos en las ciudades, se han visto agravadas en las ciudades autónomas.

    La situación de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla siempre ha sido especial, y no necesariamente para bien. Las situaciones extremas lo son más en los enclaves más aislados, motivo por el que se justifica el sempiterno sentimiento de abandono que tienen los habitantes de ambas ciudades autónomas. Lo que pasa en Ceuta y Melilla se queda en Ceuta y Melilla.

    Las problemáticas habituales, como son la situación de los centros de estancia temporal de inmigrantes o la de los niños y adolescentes que viven solos en las ciudades, se han visto agravadas desde que se decretó el estado de alarma el pasado día 14 de marzo. El aislamiento en el que viven las personas residentes en Ceuta y Melilla con el cierre de las rutas marítimas o aéreas a la península y de la frontera terrestre con Marruecos se hace más patente en el caso de las personas migrantes que no tienen la posibilidad de traslados por motivos laborales u otras excepciones que se pudieran prever.

    A esto, además, hay que añadir la situación en la viven las personas trabajadoras transfronterizas que se han quedado atrapadas en Ceuta o Melilla tras el cierre de la frontera con Marruecos. Para estas personas, los y las vecinas han habilitado lugares en sus propias casas, garajes o locales —incluso las mezquitas de la ciudad— donde darles cobijo hasta que puedan volver a sus casas, así como en los recursos que ambas ciudades han habilitado para la población en situación de calle.

    Pero la preocupación se centra sobre todo en las personas que se encuentran en los centros de estancia temporal (CETI), así como en aquellas personas migrantes que viven en las ciudades autónomas, sin domicilio, en situación de calle. Con respecto a los primeros en Ceuta, según aseguró la Delegación del Gobierno, la situación sigue siendo insostenible en algunos casos, a pesar de que han sido trasladas un total de 142 personas desde el comienzo de las restricciones de movimiento desde el centro de estancia temporal a la península con el fin de “descongestionar el centro”.

    La propia Delegación de Gobierno reconoce que no están previstos más traslados a la península. Las personas que han sido trasladadas, lo han sido a centros de acogida de Andalucía y, en menor medida, Castilla-La Mancha. Sin embargo, aún quedan muchas personas en los CETI; muchas de ellas llevan entre ocho y diez meses en la ciudad, pero, sin embargo, no han sido tenidas en cuenta para los traslados.

    Por este motivo se denuncia que existe discriminación con respecto a las personas de origen marroquí que, precisamente por ello, han iniciado una huelga de hambre este pasado fin de semana a fin de visibilizar su situación, denunciar esta discriminación e interpelar a la Delegación de Gobierno para que continúe con los traslados.

    Pero la preocupación no ha hecho sino crecer con la noticia de hace unas horas de un bebé de 18 meses que se encontraba en el #CETI y ha dado positivo en covid19. Ya se encuentra en el hospital, pero la Delegación de Gobierno insiste en que las condiciones en que se encuentran en el centro son las correctas.

    Según la denuncia de CGT Ceuta, el hacinamiento sigue impidiendo el cumplimiento de las medidas recomendadas por el Ministerio de Sanidad, como la de mantener una distancia de seguridad. Esta distancia de seguridad no se da ni en los espacios comunes ni en las propias habitaciones, donde se concentran hasta diez personas durmiendo en literas. Según imágenes difundidas por El Faro, los residentes del CETI se encuentran comiendo a escasos centímetros unos de otros.

    La situación en Melilla es similar. Las organizaciones denuncian una importante masificación de personas sin que se esté llevando a cabo ningún protocolo de seguridad y sin que existan equipos de protección suficientes. Con más de 1.600 personas en el centro, cerrado, la situación es insostenible. Especialmente para las mujeres, que se encuentran en un espacio fuertemente masculinizado. Sin poder mantener la distancia de seguridad en ninguno de los espacios, sin jabón, que hace tiempo que no llega, con colas para comer de hasta dos horas, y sin poder asegurar tratamiento adecuado a algunas de las personas con enfermedades crónicas. Con esta situación, preocupa y mucho la posibilidad de que se dé algún caso positivo de coronavirus, ya que, dada la situación, la exposición sería total para el resto de personas que se encuentran en el centro.

    Las demandas en este sentido son claras; equipos de protección adecuados, descongestión del CETI habilitando otros espacios para poder realizar traslados e instalación de puntos wifi para que quienes se encuentran ahí confinados puedan comunicarse con el exterior y rebajar así la tensión que la incomunicación está provocando. Así lo han manifestado desde las asociaciones Prodein y Geum Dodou.

    Tal y como está ocurriendo en otros centros de similar naturaleza, las denuncias van más allá de las condiciones del internamiento y afectan también al personal que trabaja en ellos. La falta de equipos de protección individual o medidas y material de higiene aumenta las posibilidades de contagio tanto de los propios trabajadores y personal policial como de las personas migrantes que se encuentran confinadas en los mismos.

    Con el último envío del Gobierno para las comunidades autónomas se han repartido 10.106.908 mascarillas entre las autonomías y 35.103 gafas de protección, 9.673.100 guantes de nitrilo, 64.713 batas desechables e impermeables, 141.800 soluciones hidroalcohólicas, 56 dispositivos de ventilación mecánica invasiva, 80.942 buzos, 328.00 unidades de calzas, delantales, cubremangas y gorros y 640 ventiladores no invasivos. Estos están siendo gestionados por el INGESA (Instituto Nacional de Gestión Sanitaria) pero se desconoce aún si el número de estas equipaciones que finalmente ha llegado a Ceuta y Melilla y, en concreto, a los espacios a que hacemos referencia serán o no suficientes.

    Con respecto a las personas que se encuentran fuera de los CETI y que se encontraban en las calles de ambas ciudades, han sido repartidas, en el caso de Ceuta, entre el Pabellón Polideportivo La Libertad, los adultos, y el Polideportivo Santa Amelia, los niños y jóvenes no acompañados. En el caso de Melilla, la medida tomada ha sido similar: tanto niños como adultos que se encuentran en la calle han sido trasladados en su mayoría, en primer lugar, al polideportivo, y ahora a una carpa habilitada al efecto. Sin embargo, estas medidas no están exentas de problemas debido a la naturaleza del confinamiento y las condiciones del mismo. Las personas allí confinadas coinciden en el frío y la humedad de los espacios, así como las constantes tensiones que se viven en ellos.

    Especial preocupación genera también la situación de los niños y jóvenes que migran solos y que se encuentran en Ceuta o Melilla, tanto los que se encontraban en los centros de acogida como los que se encontraban en las calles, algunos de estos últimos, ahora en los centros de acogida. Veíamos hace ya algunas semanas unas imágenes que mostraban el hacinamiento en el que se encontraban los niños en el centro de La Purísima. Un hacinamiento, por otro lado, habitual en otros momentos, pero que en esa situación se mostraba incompatible con el cumplimiento de las medidas de seguridad para evitar contagios.

    Según denuncian las organizaciones, podría haber en el centro ahora mismo unos 900 niños y jóvenes, hacinados, durmiendo en literas e incluso compartiendo cama. Por ese motivo, desde el centro de acogida de menores La Purísima se comunicó el traslado de unos 150 niños y adolescentes a las cabañas del camping de Rostrogordo habilitadas para dar una solución habitacional a las personas sin hogar de la ciudad autónoma de Melilla en tanto dure esta situación. Sin embargo, al cierre de este artículo aún no se había producido el traslado. Preocupan a las organizaciones como Prodein las condiciones en las que se encuentran y se deja a los niños que se quedan en La Purísima, sin visos de mejorar, preocupación que comparten también los propios niños y trabajadores del centro.

    En el caso de Ceuta, se está preparando, según el Gobierno de la ciudad, el traslado de 230 niños y adolescentes del Centro de La Esperanza a una parcela habilitada en la carretera del Serrallo, y así descongestionar el centro, en el que este momento había unas 400 personas.

    Ya hace algunos días, desde el Servicio Jesuita a Migrantes manifestaban su preocupación por la situación que se estaba dando en la Frontera Sur, especialmente en los sobresaturados CETI y con respecto a los niños de los centros de menores.

    “Deben tomarse de manera urgente las medidas de prevención necesarias que aseguren la higiene continua y el aislamiento social de sus internos para evitar un eventual contagio masivo. Igualmente deben tomarse actuaciones extraordinarias que faciliten la convivencia mientras dure la situación de confinamiento; más si cabe ante la situación de pseudoprivación de libertad en que se encuentran”, señalaban. Medidas similares a las pedidas en otros ámbitos, pero que cobran especial relevancia dentro de la excepcionalidad de las ciudades autónomas.

    https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/covid19-aisla-aun-mas-migrantes-Ceuta-Melilla
    #asile #migrations #réfugiés #Espagne #Maroc #isolement #coronavirus #covid-19 #rétention #détention_administrative

    ping @thomas_lacroix

    • Traduction en français :

      Covid19 isole davantage les migrants à Ceuta et Melilla

      En raison de l’isolement résultant de l’état d’alerte, les problèmes habituels, tels que la situation des centres de séjour temporaire des immigrants ou celle des enfants et des adolescents vivant seuls dans les villes, se sont aggravés dans les villes autonomes.

      1 Avr 2020 15:28

      La situation des villes autonomes de Ceuta et Melilla a toujours été particulière, et pas nécessairement pour le mieux. Les situations extrêmes le sont davantage dans les enclaves les plus isolées, ce qui justifie l’éternel sentiment d’abandon qu’éprouvent les habitants des deux villes autonomes. Ce qui se passe à Ceuta et Melilla reste à Ceuta et Melilla.

      Les problèmes habituels, tels que la situation dans les centres de séjour temporaire des immigrés ou celle des enfants et des adolescents vivant seuls dans les villes, se sont aggravés depuis que l’état d’alerte a été décrété le 14 mars dernier. L’isolement dans lequel vivent les habitants de Ceuta et Melilla avec la fermeture des routes maritimes ou aériennes vers la péninsule et la frontière terrestre avec le Maroc est plus évident dans le cas des migrants qui n’ont pas la possibilité de transferts à des fins de travail ou d’autres exceptions qui pourraient être envisagées.

      Il faut ajouter à cela la situation des travailleurs frontaliers qui ont été bloqués à Ceuta ou Melilla suite à la fermeture de la frontière avec le Maroc. Pour ces personnes, les voisin.e.s ont aménagé des lieux dans leurs propres maisons, garages ou locaux - y compris les mosquées de la ville - où ils peuvent être hébergés jusqu’à ce qu’ils puissent retourner chez eux, ainsi que dans les ressources que les deux villes ont mises en place pour la population des rues.

      L’isolement de Ceuta et Melilla avec la fermeture des routes maritimes ou aériennes vers la péninsule et la frontière terrestre avec le Maroc est plus évident dans le cas des migrants

      Mais la préoccupation concerne surtout les personnes dans les centres de séjour temporaire (CETI), ainsi que les migrants vivant dans les villes autonomes, les sans-abri et dans la rue. En ce qui concerne le premier à Ceuta, la délégation gouvernementale a déclaré que la situation est toujours insoutenable dans certains cas, malgré le fait qu’un total de 142 personnes ont été déplacées du centre de séjour temporaire vers le continent depuis le début des restrictions de mouvement afin de « décongestionner le centre ».

      La délégation gouvernementale elle-même reconnaît qu’aucun autre transfert vers la péninsule n’est prévu. Les personnes qui ont été transférées l’ont été dans des centres d’accueil en Andalousie et, dans une moindre mesure, en Castille-La Manche. Cependant, le CETI compte encore de nombreuses personnes ; beaucoup d’entre elles sont en ville depuis huit à dix mois, mais n’ont pas été prises en compte pour les transferts.

      Pour cette raison, il est dénoncé qu’il existe une discrimination à l’encontre des personnes d’origine marocaine qui, précisément pour cette raison, ont entamé une grève de la faim le week-end dernier afin de rendre leur situation visible, de dénoncer cette discrimination et d’appeler la délégation gouvernementale à poursuivre les transferts.

      Mais l’inquiétude n’a fait que croître avec la nouvelle, il y a quelques heures, d’un bébé de 18 mois qui était au CETI et qui a été testé positif au covid19. Il est déjà à l’hôpital, mais la délégation gouvernementale insiste sur le fait que les conditions dans lesquelles il se trouve dans le centre sont correctes.

      Selon la plainte de la CGT Ceuta, la surpopulation continue d’empêcher le respect des mesures recommandées par le ministère de la Santé, telles que le maintien d’une distance de sécurité. Cette distance de sécurité n’existe ni dans les espaces communs ni dans les chambres elles-mêmes, où sont concentrées jusqu’à dix personnes qui dorment dans des lits superposés. Selon les images diffusées par El Faro, les habitants du CETI se nourrissent à quelques centimètres les uns des autres.

      Dans le CETI de Ceuta, la surpopulation continue d’empêcher le respect des mesures recommandées par le ministère de la santé

      La situation à Melilla est similaire. Les organisations dénoncent une importante massification des populations sans qu’aucun protocole de sécurité ne soit appliqué et sans que les équipements de protection soient suffisants. Avec plus de 1 600 personnes dans le centre, qui est fermé, la situation est intenable. Surtout pour les femmes, qui se trouvent dans un espace fortement masculinisé. Sans pouvoir maintenir une distance de sécurité dans aucun des espaces, sans savon, qui n’est plus disponible depuis longtemps, avec des files d’attente pour manger pendant deux heures, et sans pouvoir assurer un traitement adéquat pour certaines personnes souffrant de maladies chroniques. Dans cette situation, la possibilité d’un cas positif de coronavirus est très préoccupante, car, vu la situation, l’exposition serait totale pour le reste des personnes du centre.

      Les exigences à cet égard sont claires : équipements de protection adéquats, décongestion du CETI en permettant de déplacer d’autres espaces et installation de points wifi afin que ceux qui y sont confinés puissent communiquer avec l’extérieur et ainsi réduire la tension que provoque l’incommunication. C’est ce qu’ont déclaré les associations Prodein et Geum Dodou.

      Comme dans d’autres centres de même nature, les plaintes vont au-delà des conditions d’enfermement et touchent également le personnel qui y travaille. Le manque d’équipements de protection individuelle ou de mesures et de matériels d’hygiène augmente les risques de contagion tant pour les travailleurs et le personnel de police eux-mêmes que pour les migrants qui y sont confinés.

      Avec le dernier envoi du gouvernement aux Communautés autonomes, 10 106 908 masques ont été distribués dans les Communautés autonomes, ainsi que 35 103 lunettes de protection, 9 673 100 gants en nitrile, 64 713 blouses jetables et imperméables, 141 800 solutions hydro-alcooliques, 56 dispositifs de ventilation mécanique invasive, 80 942 scaphandres, 328 00 collants, tabliers, housses et casquettes, et 640 ventilateurs non invasifs. Ceux-ci sont gérés par l’INGESA (Institut national de gestion de la santé) mais on ne sait pas encore si le nombre de ces appareils qui ont finalement atteint Ceuta et Melilla et, plus précisément, les espaces mentionnés sera suffisant ou non.

      En ce qui concerne les personnes extérieures au CETI qui se trouvaient dans les rues des deux villes, elles ont été réparties, dans le cas de Ceuta, entre le Pavillon du Polideportivo La Libertad, les adultes, et le Polideportivo Santa Amelia, les enfants et les jeunes non accompagnés. Dans le cas de Melilla, la mesure prise a été similaire : les enfants et les adultes qui se trouvent dans les rues ont été déplacés pour la plupart, d’abord vers le centre sportif, et maintenant vers une tente installée à cet effet. Toutefois, ces mesures ne sont pas sans poser de problèmes en raison de la nature de l’enfermement et des conditions qui y sont liées. Les personnes qui y sont confinées coïncident dans le froid et l’humidité des espaces, ainsi que dans les tensions constantes qui y sont vécues.

      La situation des enfants et des jeunes qui émigrent seuls et qui se retrouvent à la fois dans les centres d’accueil et dans la rue est particulièrement préoccupante

      La situation des enfants et des jeunes qui émigrent seuls et qui se trouvent à Ceuta ou à Melilla est particulièrement préoccupante, qu’ils aient été placés dans des centres d’accueil ou qu’ils soient dans la rue, certains de ces derniers se trouvant maintenant dans des centres d’accueil. Il y a quelques semaines, nous avons vu des images qui montraient la surpopulation dans laquelle se trouvaient les enfants au centre de La Purisima. Le surpeuplement, était courant à d’autres moments, mais dans cette situation, il était incompatible avec le respect des mesures de sécurité visant à prévenir la contagion.

      Selon les organisations, il pourrait y avoir quelque 900 enfants et jeunes dans le centre en ce moment, entassés, dormant dans des lits superposés et partageant même un lit. C’est pourquoi le refuge pour mineurs La Purísima a signalé le transfert de quelque 150 enfants et adolescents vers les cabanes du camping de Rostrogordo, qui ont été mises en place pour offrir une solution de logement aux sans-abri de la ville autonome de Melilla tant que durera cette situation. Toutefois, au moment de la rédaction du présent document, le transfert n’avait pas encore eu lieu. Des organisations telles que Prodein s’inquiètent des conditions dans lesquelles les enfants qui restent à La Purísima sont laissés sans aucun signe d’amélioration, une inquiétude qui est également partagée par les enfants et les travailleurs du centre.

      Dans le cas de Ceuta, selon le gouvernement municipal, des préparatifs sont en cours pour transférer 230 enfants et adolescents du centre La Esperanza vers un terrain réservé sur la route Serrallo, afin de désengorger le centre, qui comptait à l’époque quelque 400 personnes.

      Il y a quelques jours déjà, le Service Jésuite des Migrants a exprimé sa préoccupation quant à la situation qui règne à la frontière sud, en particulier dans le CETI surpeuplé et en ce qui concerne les enfants dans les centres pour mineurs.

      « Les mesures préventives nécessaires doivent être prises d’urgence pour assurer l’hygiène continue et l’isolement social des détenus afin d’éviter une éventuelle contagion massive. De même, des mesures extraordinaires doivent être prises pour faciliter la coexistence pendant la durée de la situation d’enfermement, d’autant plus qu’ils se trouvent dans une pseudo privation de liberté », ont-ils souligné..

      Des mesures similaires à celles demandées dans d’autres domaines, mais qui prennent une importance particulière dans le cadre de l’exceptionnalité des villes autonomes.

    • Hoy es un día histórico en España: los CIE se quedan vacíos

      La ley permite internar a estas personas un máximo de 60 días. Si en este plazo no han sido devueltas, deben quedar en libertad.

      Ninguno de ocho Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) que operan en España cuenta con personas migrantes en su interior desde este miércoles, 6 de mayo, cuando ha cesado el internamiento de la última persona que permanecía en el centro ubicado en Algeciras (Cádiz).

      Así lo han confirmado fuentes del Ministerio del Interior, del que dependen estas instalaciones policiales de carácter no penitenciario diseñadas para poder ejecutar la expulsión del territorio nacional.

      Desde la declaración del Estado de Alarma el pasado 14 de marzo por la pandemia del coronavirus, se ha ido liberando poco a poco a los internos. La ley permite mantenerlos dentro un máximo de 60 días y, si en este plazo no han sido devueltos, deben quedar en libertad. En el contexto actual, que ha derivado en cierres de fronteras, es imposible su retorno a sus países de origen.

      Así pues, se han ido desalojando «de manera ordenada», tal y como aseguró el ministro Fernando Grande- Marlaska en una comparecencia en el Congreso el pasado 23 de abril. Ese día, todavía permanecían tres personas en el CIE de Algeciras, mientras que ya estaban vacíos los otros siete centros.

      Antes del Estado de Alarma, la ocupación de estas instalaciones se situaba en el 59%. De las cerca de 1.200 plazas que hay en estos centros, el número total de plazas disponibles reales rondaba las 700 y 800 plazas, ya que algunas se encontraban en obras (como es el caso del CIE de Barcelona) y otras tantas se tenían que habilitar.

      Ahora, 53 días después de que se decretase la alarma, los CIE están a cero en ocupación. Estos centros existen desde el año 1986, tras contemplarse en la primera Ley de Extranjería (Ley Orgánica 7/1985 sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España). En ella se establece la posibilidad de que el juez de instrucción acuerde como medida cautelar vinculada a la sustanciación o ejecución de un expediente de expulsión su internamiento en centros que no tengan carácter penitenciario.

      La existencia de estos centros y su internamiento se ha mantenido y ampliado en modificaciones posteriores de la ley de Extranjería y, de hecho, en el año 2014 se aprobó el reglamento de funcionamiento y régimen de los CIE. Si bien, su existencia es muy cuestionada por varias organizaciones que reclaman su cierre inmediato y definitivo y que denuncian la falta de transparencia y violaciones de derechos fundamentales en su interior.
      Lucha por el cierre de los CIE

      De hecho, desde la ’Plataforma CIES NO Madrid’ han emitido un comunicado expresando su «alegría» tras conocer que ninguna persona está interna. «Hoy es un día que no olvidaremos, como tampoco olvidamos las vulneraciones de los derechos humanos, ni las muertes, ni el trato indigno y vejatorio, ni las agresiones ni las torturas, ni el sinfín de aberraciones que han sucedido entre sus muros cada día desde que fueron creados», sostiene.

      Así, ha avisado de que una vez pase la crisis sanitaria de la covid-19 seguirán luchando para que ese cierre sea «irreversible» y hasta convertirlo en definitivo. «No son cifras o números, son historias humanas de supervivencia y sujetos de derechos y responsabilidades. ¿Quién repara el daño causado por su privación de libertad de 60 días en condiciones que muchos de ellos relatan peores que las de los centros penitenciario?», han destacado.

      Durante el desalojo de los CIE, se ha priorizado a aquellos internos con domicilios o arraigo en España, mientras que el resto han pasado a los servicios del Sistema de Acogida, que dependen de la Secretaria de Estado de Migraciones.

      Fuentes de este departamento han confirmado que han recibido a internos procedentes de los CIE de Barcelona, Madrid y Valencia, si bien no han ofrecido el número concreto de personas acogidas tras su liberación de los CIE.

      De acuerdo a un informe del SJM, en 2018 fueron internadas en los CIE un total de 7.855 personas: 7.676 varones y 179 mujeres. Dos tercios de los internos procedían de Marruecos (36%) y de Argelia (32%. Precisamente Marruecos, Guinea y Argelia son los tres países de los que proceden la mayor parte de quienes llegan de manera irregular a España, de acuerdo a datos de ACNUR a fecha 31 de diciembre de 2019.

      En 2017, un total de 8.837 migrantes pasaron por alguno de los siete Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE). Sin embargo, fueron 3.041 las personas finalmente enviadas a sus países de origen, mientras que 5.796 personas (el 65,5%) recluidas en los CIE tuvieron que ser puestas en libertad ante la imposibilidad de ejecutar la orden de expulsión.

      Así se reflejó en datos oficiales recopilados en una respuesta parlamentaria a la exsenadora de Unidos Podemos, Maribel Mora, unas cifras que constataban que el Ministerio del Interior, responsable de la gestión de los centros, logró deportar a su país de origen únicamente al 34,5% de los internos.

      https://www.publico.es/sociedad/hoy-dia-historico-espana-cie-quedan-vacios.html