Una mirada distópica | Ciencia

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  • Des nouvelles de la «grippette» d’au delà des Pyrénées.
    Source : une publication sur FB de la part d’un (vrai) ami.

    La OMS advierte de que un desconfinamiento precipitado puede tener un “impacto mayor” en la economía | Sociedad | EL PAÍS
    https://elpais.com/sociedad/2020-04-27/el-director-general-de-la-oms-el-mundo-deberia-habernos-escuchado.html

    “Los Gobiernos tienen que poner en la balanza las vidas y la economía. Pero si dan pasos demasiado pronto, se arriesgan a sufrir un impacto mayor en la economía”, ha asegurado este lunes Michael J. Ryan, director ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la rueda de prensa de seguimiento de la pandemia.

    Según ha recalcado Ryan, “hay que estar seguro al hacer estos cálculos, pues si se flexibiliza demasiado pronto podría haber nuevos casos y quizá haya que dictar confinamientos nuevamente”. “No hay una respuesta fácil, pero no debemos descartar que pueda haber un nuevo brote que requiera un nuevo confinamiento”, ha alertado.

    En un momento en el que el número de fallecidos por el coronavirus va ya por los 200.000 en todo el planeta, esta organización ha incidido hoy en que a aquellos países que han seguido sus consejos hasta ahora les ha ido mejor. "El mundo debería haber escuchado a la OMS”, ha defendido este lunes su director, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

    “El 30 de enero declaramos la emergencia global por la covid-19”, ha destacado el etíope, que ha remarcado que entonces solo había 82 casos fuera de China, diez de ellos en Europa y ninguno en Latinoamérica ni África. “Los países que hicieron caso a nuestros consejos están en mejor posición que los países que no lo hicieron”, ha comentado. “Es decisión de los países aceptar o rechazar nuestros consejos. Eso está muy claro, pero continuaremos dando consejos basados en la ciencia y en las pruebas”.

    Según los datos ofrecidos este lunes por esta organización, el número de infectados en el mundo alcanza ya los 2,85 millones, habiéndose producido 50.000 nuevos casos y 3.000 fallecidos en las últimas 24 horas. Europa sigue siendo la región más afectada, con 1,34 millones de casos, aunque es la que muestra una curva descendente de casos más clara, mientras que América con 1,14 millones, experimentó un alto repunte el pasado fin de semana y ahora acumula tres días de lento descenso.

    Regiones como Oriente Medio (165.000 casos), África (21.000) o el sureste asiático (44.000) están lejos de las cifras de Europa o América pero las tres muestran una preocupante tendencia ascendente en el número de infecciones.

    Estados Unidos (que está cerca de alcanzar el millón de casos), España, Italia, Alemania, Reino Unido y Francia se mantienen como los países más afectados, seguidos de Turquía, que superó la barrera de los 100.000 contagios.

    • Son commentaire pour présenter l’article de El País :

      PENSAMIENTO MÁGICO es pensar y razonar basándose en supuestos erróneos o no justificados que generan opiniones o ideas carentes de fundamento empírico. Pensamiento mágico es lo que hace que creamos que es posible volver a la «normalidad» y actuar como si no pasara nada solo porque nos lo diga el presidente del gobierno. Como si el virus entendiera de leyes o decretos. Pensamiento mágico es preocuparse por la apertura de playas y restaurantes, por el turismo o desescaladas cuando se sospecha que la inmunidad de quienes se han curado podría ser temporal, cuando la asociación nacional de pediatría ha advertido de que ahora sí está afectando a los niños de una forma repentina y letal no vista hasta ahora. Pero al virus le da igual lo que pensemos, él solo se guía por los patrones de la naturaleza, y la naturaleza solo se entiende por medio de la ciencia. Los políticos no siguen criterios científicos, sino económicos y electorales. Y en ese sentido el pensamiento mágico es mucho más rentable que la prudencia científica por mucho que desde la OMS nos sigan advirtiendo de los peligros de querer apresurarse. Seguimos sin aprender.

    • Et cet autre article (aux accents quasi insurrectionnels) linké lui aussi sur le post sus-cité, toujours de El País, et qui pourrait bien faire mentir la célèbre maxime du très janséniste Blaise Pascal (Vérité en deçà des Pyrénées, etc) :

      https://elpais.com/ciencia/2020-04-27/una-mirada-distopica.html

      Si buscan utopías tras la pandemia diríjanse a otras fuentes. Las hay a paladas, todos esos analistas e intelectuales que ven después del coronavirus una sociedad más abierta y justa, igualitaria e informada, convencida de la importancia de la sanidad pública y de la necesidad de redistribuir la riqueza, más inteligente e ilustrada, ambiental y solidaria. Si yo fuera un profeta, jamás tendría la osadía de difundir esos pronósticos de altísimo riesgo. Son ganas de meter la pata, vamos.

      Es posible que los laboratorios estén en condiciones de producir una vacuna en masa en la segunda mitad de 2021, al menos si los Gobiernos muestran un raro destello de lucidez para financiarla junto a la Big Pharma. Si todo va bien, en ese momento se habrá disipado la pandemia, y la humanidad volverá a caer en el pozo oscuro de la mala gobernanza, el mito neoliberal y la intolerable desigualdad. Y tal vez el pozo sea entonces aún más profundo que antes del virus, por mentira que parezca.

      La mejor forma de predecir el futuro es mirar al presente. Cabría esperar, por ejemplo, que las prioridades de gasto de los Gobiernos se hubieran desplazado hacia los sistemas sanitarios en los últimos años. Tout au contraire, como diría el detective Poirot. El gasto militar global fue de dos billones de dólares el año pasado, un récord (ajustado por la inflación) desde los años ochenta, según los cálculos del Instituto de Investigación sobre la Paz Internacional de Estocolomo (SIPRI, siglas inglesas). El gran plan europeo de ayuda contra la pandemia (1,5 billones de euros, o 1,6 billones de dólares) casi palidece frente a ese gasto monumental en defensa.

      Las razones de este incremento desde 2015 son particularmente patéticas: el miedo europeo a una agresión rusa, que no se ha producido, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, por la que de momento no ha muerto nadie, y la demanda febril de armas por los jeques árabes, que sí mata gente, pero justo gracias a los fabricantes de armas occidentales y a los Gobiernos que los controlan. Los ejércitos están haciendo un gran papel durante la pandemia, pero eso no tiene nada que ver con el gasto en armamento, gracias a Dios.

      Regresemos a la vida civil. El coronavirus no solo es racista, sino también clasista. Según un estudio estadounidense del Centro para la Investigación de Políticas Económicas (CEPR, en inglés), la covid-19 no está haciendo más que incrementar las desigualdades ya existentes. Los trabajadores mejor pagados pueden hacerlo casi todo desde sus casas, y los de nómina más escasa no pueden hacer casi nada. Y eso son los trabajadores. No hablemos ya de los parados, subcontratados y marginados de toda clase. Los repartidores de pizzas, las cajeras del súper y los conductores de autobuses y taxis solo pueden hacer su trabajo en contacto cercano con los usuarios. Pero después de la pandemia cambiará todo esto, ¿verdad?