En las últimas décadas, los avances en la tecnología de baterías de iones de litio (BIL) las han hecho omnipresentes. Hoy en día, el litio es el ingrediente activo de las baterías que alimentan los teléfonos inteligentes, las computadoras portátiles y los automóviles. Pero debido al precio del litio, los investigadores han estado buscando otro elemento más abundante que pueda reemplazarlo.
El almacenamiento de energía móvil y estacionario mediante baterías recargables es hoy un tema de amplia relevancia social y económica. La tecnología de baterías de iones de litio está a la vanguardia del desarrollo, pero este mercado en crecimiento masivo ya empieza a ejercer una fuerte presión sobre los recursos y las cadenas de suministro, así como la sostenibilidad de las fuentes de litio debido a su disponibilidad limitada y el consiguiente aumento del precio. Por lo tanto, no está claro si las baterías de iones de litio por sí solas pueden satisfacer la creciente demanda de aplicaciones de almacenamiento de energía de formato pequeño o mediano a uno grande. Y es que para que los vehículos eléctricos tengan un uso más generalizado, las baterías deben ser aún más potentes, duraderas, sostenibles y rentables. Y no solo del litio debe depender este gran mercado. Por eso, ya se piensan en algunas soluciones.
Baterías de iones de litio
Baterías de estado sólido
–Toyota cuenta con más de 1.000 patentes que involucran baterías de estado sólido y espera poder comercializar un automóvil con este tipo de batería en los próximos 5 años.
–Nissan planea desarrollar su propia batería de estado sólido, que alimentará vehículos para el 2028.
–Volkswagen planea tener lista la producción a gran escala de baterías de estado sólido a partir del 2025 a través de una empresa conjunta con una ‘startup’ estadounidense.
–Tesla. Elon Musk