El último informe de la organización de derechos humanos B’Tselem confirma que los servicios secretos israelíes del Shin Bet realizan rutinariamente prácticas de tortura contra los palestinos, no solo de la Cisjordania ocupada sino también de Jerusalén este, algo que los palestinos denuncian desde hace muchos años, que Israel niega y que la comunidad internacional ignora para no crear un altercado con el estado judío.
(...) El informe detalla la pesadilla vivida por Yazan al Rajbi, de 22 años, y Mohammad al Rajbi, de 20 años, que el 22 de agosto de 2021 fueron citados en el cuartel general de la policía de Jerusalén, denominado popularmente Moscobía. Nada más llegar, ambos fueron detenidos y llevados a dependencias del Shin Bet, donde sufrieron interrogatorios bajo tortura durante 42 días.
Ambos fueron atados a una silla pequeña durante más de 24 horas seguidas, privándoseles del sueño durante ese tiempo. Uno de los palestinos fue encerrado en un armario de madera y también se le privó del sueño hasta que se desmayó. Posteriormente se les trasladó a varias prisiones donde se les encerró en celdas con pájaros, como se conoce a los palestinos que colaboran con las fuerzas israelíes, para que confesaran culpas que ellos negaban.
Los pájaros colaboracionistas los aislaban dentro de la cárcel para forzarlos a confesar que Yazan y Mohammad al Rajbi habían participado en confrontaciones con las fuerzas de ocupación en julio de 2021 en el barrio de Silwan, justo extramuros de la ciudad vieja de Jerusalén, una zona palestina que Israel está judaizando a un ritmo muy rápido desde hace años. Ambos negaban la acusación.
Después de un interrogatorio que se prolongó durante veinte días, y cuando ya no podía resistir más la tortura, Mohammad confesó que había tirado una piedra. Los interrogadores no se dieron por satisfechos e intentaron que confesara otras culpas. Después de 42 días, Yazan terminó por admitir que había tirado dos piedras, y fue trasladado a la cárcel de Meguido, en la Galilea.
Finalmente a los dos jóvenes se les acusó formalmente de participar en protestas y de atacar a un policía, y se les sentenció a ocho meses de cárcel. Quedaron en libertad en marzo de 2022, y ambos se ofrecieron a B’Tselem para hacer pública su experiencia.
Según la ONG israelí, los interrogatorios bajo tortura de Yazan y Mohammad no se debieron a una iniciativa personal de este o aquel interrogador, sino que forman parte de las prácticas que habitualmente ponen a los detenidos palestinos bajo el uso de la violencia durante un largo periodo de tiempo. Las autoridades participan en el proceso permitiendo los abusos de los agentes del Shin Bet, a quienes se les da impunidad, y dan potestad a los jueces para que prolonguen casi indefinidamente la detención de palestinos.